Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


domingo, 21 de febrero de 2010

El cuarto de joao

domingo 21 de febrero de 2010

El cuarto de joao

Era extrañamente confuso saber, como aquellas(...)se fueron mimetizando poco a poco con Joao. De manera silenciosa comenzaron a sentir lo mismo que el hombre insignificante que las habitaba. No había pasado poco mas de un año, para que comenzaran a sentir el mismo dolor que joao tenia en el alma. era raro en verdad, ver como empezaron a tomar vida a través de su habitante y tristemente también a morir en el dolor de aquel.

Misteriosamente también comenzaron a extrañar a otra persona, que sin ser su habitante se había convertido en ama y consecuencia de sus tristezas y penares.

Poco a poco, comenzaron a sospechar que la causa de lo gris de sus fauces, tenían que ver de una u otra forma con aquella ausencia, tan lastimera y prolongada. Se preguntaban: ¿del porque de su ausencia?.

Desde un lugar expectante, la madre se mostraba señorial e inmaculada. A pesar de todo el vació que en la habitación existía, aquel cuadro de la virgen de las peñas, detallosamente pintada por un artista cuzqueño, observaba casi silenciosa y de manera compasiva las cosas que pasaban en cada parte de aquella habitación y de manera sigilosa y casi compasiva, observaba detenidamente el andar pausado y meticuloso de su joven habitante. Ella era quizás, la fuerza de la habitación, que poco a poco comenzó a sumirse en la nada, en el vació. Aquella virgen terminaba siempre buscando al habitante, tratando de decirle que siempre estaría ahí, expectante a sus sueños, esperanzas, penas y quebrantos. El habitante conocía de aquellas buenas intenciones, pero quizás su corazón aún inerte no comprendía aquel esfuerzo.

Mientras todo esto pasaba, los demás ocupantes de la habitación, también empezaron a ocupar su lugar en este interminable laberinto. "La divina madona" comenzó a preguntarse si acaso joao las había olvidado para siempre, o es que acaso la oscuridad de su alma había comenzado a terminar con la vida (...) que en él existía. La conversación fue extraña, la madona les hacia saber a sus casi frígidos soportes: que hoy mas que nunca, ellas debían brillar en la oscuridad, que no podían permitir que aquel habitante las sumiera en su tristeza. Que no era su misión llorar a su lado, sino que por el contrario, ellas tendrían que sostener aquel instante, aquel momento, aquella Cienaga de penas, sollozos y recuerdos.

Nada es posible sin la alegría de joao contestaba el imponente cuadro del señor de huanca(...) mientras su imagen seguía siendo latigada, día con día, en aquel cuadro maravillosamente adornado por el marco de un artesano, curiosamente también quechua.(...) Yo he observado a joao en cada instante durante estos duros días. He venido soportando su dolor tan igual como el mío, sin embargo no me ha sido posible hacer que el abandone su cruz, un sufrimiento muy grande es el que guarda aquel. Un sufrimiento que solo la vuelta de la ausente podrá aliviar, mis queridas amigas. Lamentablemente aquella es la triste y penosa verdad, señalo finalmente el fustigado señor.

No es posible lo que dices: gritaron los arcángeles gabriel y miguel. Quienes desde su pequeño espacio, no dejaron de replicar con aquella justicia de quienes creían eran dueñas sus palabras. ¿Acaso no Es cierto, Santa ana? que junto a la virgen de la leche, nuestra ama nos ha traído a estas lares y que fue ella quien nos encomendó el cuidado del habitante. ¡Acaso no es cierto virgen de las peñas? Que ella te encomendó al artesano para que cuidaras cada paso de este. ¿Acaso no es cierto, Divina Madona? que junto a aquel espejo y aquel balconcillo del virreinato, fuimos encomendados, cuidados y llevados a través de los majestuosos andes, por la que hoy dicen es la ausente y a quienes ustedes juzgan y dicen ser la causa de la tristeza y dolor del habitante. ¿Y acaso no es cierto? si esto fuera poco, que ahora pretenden también decir: Que ella es la causa de nuestro terrible fin.

Hay de ustedes hermanas: dijo el amo del tiempo (...) quien había observado silenciosamente la discusión, (pues su andar se encontraba pausado) quienes vienen observando inertemente aquellas penas. Pero díganme ustedes que han recorrido los andes, que han nacido del artesano, que fueron encomendadas por la ausente. ¿Que, será de mi?, que sin haber conocido la puna, ni haber nacido de manos del hombre, estoy aquí contando los segundos, minutos y horas que joao ha llorado tras aquella puerta inerte, que nada dice, que nada trae y que ha nadie recibe ni nadie llama. ¿Que, hay de mi? que he tenido que tratar de adelantar el tiempo sin poder lograrlo, cuando hoy el tiempo se ha detenido. Extrañamente mis brazos no avanzan y joao no ha hecho nada por mi. ¡Hay de mi, hermanas!, que siendo el rey del tiempo, hoy solo soy la esperanza desesperada de joao, ¡hay de mi, hermana! que cruel destino que tengo, pues debo confesar que yo también llegue de manos de la ausente, a esta ahora tristemente gris habitación.

Aquellas, quienes poco a poco habían empezado a decaer en el incosalable devenir del interminable destino del habitante, habían por fin comprendido que el dolor de sus cimientos y descolorido de su piel, no solo era un dolor suyo. Sino que de una manera cómplice, los demás seres de la habitación también se encontraban inmersos en él.

 
Mientras tanto el habitante, corría desconsolablemente la misma suerte, que de manera cómplice habia arrastrado a aquellas paredes. El viento que de manera seglar había ingresado a aquella habitación (incluso antes que aquellos existieran) comenzó a reír frente a estas y les hizo saber que materia son y que como tal poco a poco llegaría la destrucción para ellas. No había terminado el viento de rezagar las ultimas esperanzas de aquellas, cuando el aroma de la ausente, que de manera secreta y estratégica aún se mantenía encerrada en unos pequeños soles (quienes fueron los últimos en llegar de la tierra del inti) irradiaron de manera sorpresiva sobre aquel. Tu no haz dicho nada que pueda dañar mas esta casa, tu no haz traído más que lo que yo te he permitido traer. Envuelta en mis rayos, tengo la imagen de la ausente, quien siempre ha estado aquí, sin que lo sepan, sin que la perciban. No ha llegado el momento aún de liberar a mi ama, pero tampoco ha llegado el tuyo. Así que es mejor que sigas con lo tuyo y dejes a mis hermanas seguir con su procesión, que estoy seguro que un día terminara, pues la ausente regresara...aunque aún, ni yo ni nadie sabe cuando, pero volverá.



Joao había vuelto una vez mas a casa. Como casi todos los días, el habitante había cruzado una vez mas la inerte puerta, aquella que nadie toca, aquella que nadie llama. Pero una vez más no a apartado su mirada del frió piso. Entraba y salía de ella, como si no se percatara del dolor de aquella cómplice y moribunda habitación. Como si nada le hiciera entender que junto a su interminable silencio se estaban tejiendo lastimeros murmullos.



Así fueron pasando n día tras otro, sin que nadie nuevo cruzara aquellos enmarañados caminos. Sin que nadie se atreviera a acabar por fin con aquel moribundo, sin que nadie atacara el dolor, sin que nadie arrebatara por fin el dolor de las venas del cuarto, de joao.

 
Lastimosamente joao no ha vuelto a casa, partió hace muchos días, cogió algunas ropas y zapatos y aún no ha regresado. Nadie Sabe hacia donde o por donde, nadie ha preguntado por temor a escuchar una respuesta dolorosa. Lastimosamente ahora el dolor se ha juntando poco a poco con aquella doble ausencia. ¡Hay de nosotras! solo se llegaba a escuchar en el silencio lastimero, ¡hay de joao!.

 
Así los días han pasado, inertes, extraños, vacíos, ausentes. Joao aún no ha vuelto y aquella (su habitación) aún espera el retorno de las risas y alegría de sus pasos. Sin saber mas, aquella puerta se mantiene cerrada. Aún en espera del saltar de las llaves que abran una vez más aquella puerta que nadie llama, que ha nadie recibe y a quien nadie llama.



l Fenix.




miércoles, 10 de febrero de 2010

Las razones del Olvido(...) (Lima, 10 de febrero del 2010)

Hoy despues de muchos años he llegado a la ciudad de los reyes: Lima.  Aquella ciudad que alguna vez alguien titulo como "Lima la horrible".  Hoy tambien he cumplido uno de mis mas grandes sueños (...) conocer la cripta de los heroes" dedicada en honor a los heroes de la guerra del pacifico. Bolognesi, Grau, Caceres, por fin pude ir a su lado y decirles presente. Sin embargo, el presbitero maestro a traido a mi memoria las razones del olvido. La pregunta es si es la soledad o la ausencia, las que que terminan con el olvido, aunque siempre un viejo epitafio señala: "Yo no estoy muerto, morire el dia que ustedes se olviden de mi".
Pero ¿que es el olvido? como se llega finalmente a él.  hoy en lima he tratado de acercarme al olvido, de saber ¿como es el no volver a recordar a un ser querido?, ¿el como es ya no llorar por el?, el ¿como sera no volver a verlo?  (...) aunque este olvido sea peor (...) pues mi olvido no esta dedicado a un ser que partio al más alla, sino de uno que partio para alla.

Me estado preguntando como hacer para olvidar. Y es que quiero olvidar el dia que te conoci, el dia que escuche por primera vez tu nombre, el dia que nos vimos por primera vez a los ojos y sobre todo el dia que me enamore de ti.
Quiero enterrar junto a los muertos, el recuerdo de tus besos, el de la forma en que sonreias, de la forma en que pronunciabas mi nombre y sobre todo de tu forma de amar. Quiero enterrar por siempre ese recuerdo,  en esa boveda sepulcral en que hoy se ha convertido mi corazón, pero guardare las flores de mi amor(...) en un lugar secreto(...)en donde no puedas verlas.

Quiero saber si el olvido es posible o solo es posible dejarlo ahi, en un lugar (como a las almas) en donde de vez en cuando los recuerdos cruzen  sus pasillos y los epitafios del amor señalen el camino de retorno a la puerta del mundo de los vivos.

Quiero saber, si para que exista el olvido solo se necesita que uno olvide y que el otro deje olvidar, o es que acaso el olvido es cosa de dos. quiero saber si tambien tu haz olvidado y haz sepultado por siempre nuestro amor.

Quiero saber si el olvido es posible, mientras te tenga aún con vida en mi alma y aunque mi alma se haya quedado en el vacio.

No se si el olvido entiende de razones(...), pero si se (...)que hoy mas que nunca, necesito olvidar. Que necesito recuperar la puerta de salida y dejarte para siempre  descansando en mi alma.

Las Razones del olvido, de seguro muchas son. Aunque creo, que el olvido simplemente no existe. Lo que existe, es el vacio momentaneo del alma, la desmemoria del corazón, el tropiezo del tiempo, pero no el olvido. Pues como las almas que descansan, ellas no han sido olvidadas, pues siempre abra el viento que las roce, la lluvia que las limpie y el visitante que las vuelva a la vida una y otra vez. Que olvido, sera aquel en donde siempre estas presente, aunque mañana olvide que pedi olvidarte.

fenix.

domingo, 7 de febrero de 2010

El retorno a cusco...

Es extraño saber como el regreso a los andes a terminado dejandome con el corazón partido en mil pedazos, aunque mi alma siga intacta. Ayer despues de mucho volvi a sentir la magia de los andes. Esa magia ancestral, que te hace saber como Dios aún se mantiene intacto sobre el verde de los cerros y prados. Esos andes en donde el hombre es libre y feliz, en donde pueden bailar cinco dias sin parar para la mamita candelaria,sin preocuparse del que sera mañana, tan solo con la alegria de bailar para la mamita.
Hoy me volvi a parar nuevamente en la plaza de armas del imponente y señorial cusco, a pesar de que habia prometido no volver a el, sino hasta que otra mujer tomara mi mano y mis hijos caminaran a nuestro lado, volvi antes de tiempo. le pregunte como hace para mantenerse intacto, para seguir resguardado por su catedral y sobre ello la imponente san cristobal. hoy me volvi a despedir de cusco, en unos minutos partire a tacna , aunque mi corazón se quede en esta tierra.
Mamita de las mercedes, apiadate de mis pasos, dame fuerzas para seguir caminando en este camino tan largo. señor de Huanca, escucha mis plegarias y haz que mi corazón vuelva a ser de una pieza.
Hoy recorri por ultima vez la avenida el sol y el korikancha me pregunto el ¿porque de mis penas?, a lo que solo atine a decirle: (...)es que me voy a pesar de que me quiero quedar por siempre bajo tu cielo implacable.
hoy he comprendido que soy mas serrano que cualquiera, que disfruto de los andes, que disfruto de escuchar a gisella lavado "la princesa acollina", que disfruto del olor de los andes, que mi lengua es el quechua y que mi son es el huayno.
Ah llegado la hora de partir cusco y bien sabes que no quiero, hasta pronto cusco,hasta que nuestros corazones se vuelvan a juntar o hasta que venga a recoger los pedazos que sobre el empedrado de tus pistas abandone.