Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


miércoles, 28 de diciembre de 2011

La casa de pepino no es donde vive rapunzel (...)


La casa es chica, pero muy grande para mí. Quizás solo debería vivir en una caja de zapatos, después de todo periquito el bandolero (el de los cuentos) se quedo con ellos.  En donde no encuentre espacio para aburrirme, en donde lo único que pueda hacer es guardarme, cerrar los ojos, apagar la mente y esperar que un  nuevo día empiece. Tendría que ser una cajita de madera, no me la imagino de cartón, ¿pero es que acaso no se hacen cajas  de madera? Creo que sí, les llaman zapateras. ¿Pero cabré en una? No lo creo, soy muy grande para una. ¿Y si me doblo? Naaaa. ¿Y entonces? ¡Ya se! Construiré una caja mas grande, quizás la de los zapatos de un gigante. Aquel que se convirtió en montaña, tras haber intentando robar una princesa, con la única esperanza de verse reflejado en sus ojos (...) aunque sea por una vez. ¡Lástima! Pues como siempre el cuento termina con el bacán y  valiente caballero, quien destruye los sueños del pobre gigante. Que perdió al nacer en un mundo de pequeños sin mujeres para él. Pero bueno al fin y al  cabo termino convertido en la montaña de un viejo y perdido pueblo. ¿No creo que le importe, que me quede con la caja de sus zapatos? después de todo (…) para que le servirían ahora.
Y si en lugar de eso, dejo en paz al pobre gigante. Después de todo le quitaron sus sueños y todavía le quiero quitar su cajita de zapatos. Mejor abandono todo, dejo una carta bajo la puerta, tomo mi mochila, dos trapos para cambiarme y me voy a recorrer el mundo. Viviría de la caridad de la gente, me sentaría en un bar y conversaría con quien pase. Les preguntaría ¿que cuenta? De seguro me contarían mil y unas cosas. Dejaría mi televisor plasma y me olvidaría de las cientos de películas, que reemplazan la compañía que no tengo. Si al final, muchas de ellas solo me aburrieron y otras me hicieron pensar que no estoy hecho para ser parte de una de ellas. Acaso no siento que odio las comedias románticas, donde todo es un enredo (se engañan, se separan, se odian) como es la vida y después al final de todo esos líos (…) siempre terminan con un final en donde  todos se chapan a jennifer Aniston menos yo.
Entonces tomare mi mochila y me iré a buscar el mundo, quizás me una al circo, después de todo ¿que tan difícil puede ser dar de comer a los elefantes? ¿Pero si me come el león? No, mejor no.
Pero entonces, debe haber alguna forma de no seguir aburriéndome. ¿Y si secuestro a rapunzel? y la obligo a vivir conmigo. Después de todo, que tanta diferencia puede haber entre vivir en su torre y vivir conmigo. Así la tendría siempre al llegar a casa (…) jugaría con su largo cabello. Podría demorarme días enteros ayudándola a contar sus cabellos y cuando hubiera terminado, empezaríamos el recuento. Pero claro, solo contaríamos su cabello,  hasta poder dejar de lado el romanticismo y podamos  hacer pequeñas rapunzeles. ¿Pero donde vivirá rapunzel? Acaso solo basta con buscar en facebook, encontrar su inbox y decirle: disculpe princesa, acaso quisiera cambiar su lejana torre por mi pequeña casa.


Bueno que se hace, pepino se quedo con los zapatos, Jennifer Aniston se chapa a todos, menos a mi (...) y Rapunzel…¡ahh! ¿donde vivirá?

Bueno…que más se hace tendré que volver a la realidad, entrar al facebook y preguntarle a la vieja de mierda ¿qué me pasara…? Esa vieja ya sé lo que me dirá: Juan Carlos, deje de andar pensando huevadas  y búsquese una mujer de verdad.

martes, 27 de diciembre de 2011

¡Confieso, que he vivido! (...)Gracias a Neruda


Las horas de trabajar han concluido y por fin, una vez más, la antigua Alameda Bolognesi me da la bienvenida a esta tierra de señoritas y soldados, del caplina y el Tacora. Me recibe entonces el placentero bullicio que provoca el ir y venir por sus largas y antiguas cuadras. Las personas que, cual pasajeros caminan por esta tierra, reviven en sus pasos las historias de aquellas viejas losetas, que tras el concreto guardan  una vida,  nada mas que  el alma de mi tierra.

Estoy cerca al mercado central, aquél que antes llevara el nombre de "La Recoba". Aquel que ve cruzar al silencioso "Caplina" y que empezara a morir tras el terrible incendio, que sus cimientos de barro y arcilla soportaran por aquellos días. 
Encuentro entonces con extrañeza, la presencia de una librería ambulante; de esas que llevan de un lugar a otro cientos de libros.  Decido escabullirme entre ellos y ver entre los títulos, alguno que llame mi interés. La mayoría de libros son de baja calidad y en gran medida con títulos curiosos. Sin embargo en medio de algunas colecciones populares, veo frente a mí un título que llama mi atención: CONFIESO QUE HE VIVIDO, de don Pablo Neruda. Aquel escritor chileno, que en la pileta de alguna vieja iglesia, seguramente recibiera por nombre el de Neftalí Reyes Basoalto.

Tengo entre mis manos su libro y debo empezar por confesar, que aún no he leído  ni siquiera una sola hoja. Sin embargo el título ronda en mi mente durante días,  revolotea una y otra vez sobre mis pensamientos e incluso en los reinos de morfeo deambula. 

"CONFIESO QUE HE VIVIDO" debe contener seguramente, lo mejor de este gran nobel chileno. Y estoy convencido de aquello, pues sólo el título hace que comience por preguntarme si aún quedan cosas por confesar en mi mundana vida. Después de todo he terminado por regalar mi vida en cuentos y diarios sin sentido, que son seguramente malos, pero que me ayudaron a aliviar este camino de sal y azúcar al que llamamos vida.
 
Desde aquella inesperada compra, he terminado (después de mucho) mirando el vacío techo de mi cuarto, nublando mi mente mientras observo cruzar sobre ese vacío, las razones por las que sigo vivo y también aquellas por las que a veces me mantengo muerto, mientras vivo.

Comienzo entonces, aquel acto penitencial al que nos sometemos los humanos cuando la soledad comienza a realizar lo que mejor sabe hacer, deprimirme (…) y me pregunto ¿el porqué de todo? y la resurrección se asoma como una idea loca en el devenir de mi constante inercia. Acababa de morir, me digo y por fin siento que estoy vivo. Y es que es cierto, morí aquel día que entendí que aquel "adiós" era para siempre. También un día, los golpes de la vida, los de Vallejo, me hicieron entender que "tu adiós" se mantendría hasta el último día de  mi efímera y múltiple vida.

Aquel día, en el que por fin volví al lugar en que aquéllo se engendró, comprendí que dibujaste los santos oleos en mi alma y me regalaste la resurrección que tanto esperaba. Tuvieron que pasar seguramente tres años para volver a vivir; pero aquel día con la muerte, me regalaste la vida.

Resurrección, entonces pensaba. Curiosamente en aquel viaje, una Virgencita Cusqueña, aquella que nace de las manos del pintor andino, me susurró al oído: "mi nombre es Virgen de la Soledad"

Me traje entonces entre brazos a "La madre divina de la soledad" y con ella llegó ciertamente la soledad absoluta. Y mi vida, ya compleja, se convirtió entonces en una aparente complejidad. 

De pronto, un  adiós que se repitió una y mil veces en  mi vida. Se escribió por fin, al final del capítulo. Me quedé, entonces, realmente solo y con ello comprendí que a pesar de mi esfuerzo todo había acabado. 

Los días pasan y entre soledad y la vida, aprendí a comprender que la inercia sumada a la soledad "divina" hacen de la vida, más vida. Debo sin embargo “confesar que he vivido", pero que he descubierto, una vez más, lo impredecible del amor. Pues el muerto que yacía enterrado, ha revivido y encontró el soplo de vida en la niña que frente a sus ojos, hace mucho, miraba también los suyos.

lunes, 24 de octubre de 2011

Hubiera...

A llegado la hora de enfrentar tus temores -se repetía en silencio-. Después de todo el tiempo a pasado rapida y largamente -suspira mientras termina aquella frase-. Sin saberlo, los días corren dejando atrás espacios aterradores, circulantes a sus días. ¡El tiempo pasa rápido muchacho!- le dijo el 2
viejo-
"En efecto", contesto. Sin embargo entenderás que no importa que tan rápido pase sino cuanto aprendes del mismo.

¿Quiere saber entonces la verdad mi querido amigo? En efecto, contesto aquel hombre, mientras acomodaba su barba para escuchar al  muchacho que tenia en frente, movió los ojos y le hizo saber que estaba esperando la respuesta ofrecida. Su respuesta desencajo el  rostro del muchacho, al entender que una vez mas debía contestar la pregunta que tantas veces a solas se repitio.

¡Dime entonces!, le repitió aquel hombre, que ya acomodado esperaba la respuesta. "Sabe señor, quisiera que las cosas hubieran sido distintas". ¡Hubieran!, sonrío. El hubiera no existe mi querido amigo. 

"A eso me refiero" le contesto el joven, algo exaltado. Dígame entonces ¿por qué no es posible el hubiera? ¿por qué no puedo cambiar mi destino? ¿por qué no se  puede volver atrás y volver a empezar? ¿por qué nada de esto puede ser simplemente una tonta historia, que no hace mas que aguardar la verdadera felicidad? No lo se - le dice-. ¡Dímelo  tu!, le increpa. ¿por qué quieres que las cosas sean distintas?

- ¿La verdad? ni siquiera yo mismo lo sé. Solo creo que todo hubiera sido distinto. -El viejo cambia su posición- se vuelve a tomar el rostro, deja la comodidad de su asiento y poniéndose frente a el le dice: ¡Nuevamente, el hubiera!. Ni siquiera me puedes explicar lo que te pasa y vuelves nuevamente "al hubiera". Dime entonces ¿porque estas aquí tan lejos de casa? 

¡se lo dije ya! ¡no lo se! 

Dime entonces ¿que es aquel hubiera del que tanto hablas?.

El joven exhala un suspiro-guardado por mucho - y comienza a lanzar frases sueltas y sin sentido. Porque si el hubiera existiera, esta tierras no serian lejanas para mí. Porque si el hubiera existiera yo seria completo hoy. Porque si el hubiera pudiera ser realidad yo estaría tomando de la cintura a la mujer que tanto amo. Porque si hubiera fuera posible: "estos años de vació" hubieran sido llenos de alegrías,  de locuras y sobre todo de vida.

Entiendo entonces- le dice el viejo- mientras toma su cintura en un gesto de cansancio y vuelve  a retomar la comodidad antes abandonada. Debo entender entonces ¿que nada de eso pasa ahora en tu vida? Me dices ¡que no eres feliz! 

¡Tampoco lo se!  contesta. Acaso me es posible saber si soy o no soy feliz. Cuando el mundo me repite una y otra vez que debería serlo. 

Tienes razón, le contesta.  Mientras lo invita a tomar asiento, creo que esto tomara su tiempo y en verdad yo tengo mucho de aquello, después de todo cuando se es viejo no hay mucho mas que hacer que conversar. 

El joven asiente a la invitación, toma asiento y observa un aire de nostalgia en el viejo. Entonces el viejo comienza. Me pareció raro encontrarte aquí tan lejos de todo. ¿Sabes como se llama este lugar? A lo que el joven responde positivamente. Es la iglesia de San Cristobal. En efecto, vengo aquí desde hace muchos años, quizás mas de los que imaginas. Hace mucho, cuando mis piernas eran tan fuertes como las tuyas venia caminando a diario, pero ahora como veraz,  solo me queda regresar en mi viejo auto. Y la verdad es que yo también vengo por el mismo motivo que tú, "El hubiera". 

Siempre me pregunto ¿que hubiera pasado si hubiera cumplido con mi promesa? ¿Si hubiera hecho de una de esas luces, la luz que tanto le prometí a aquella mujer? -de la que hoy, ya no se nada. Yo también hubiera deseado que las cosas fueran distintas. Sin embargo, hoy no solo regreso pensando, que hubiera pasado. Sino también regreso esperando volverla a encontrar. Cada noche me siento frente a la plaza y la busco, pensando que quizás un día ella regresara. Pero lamentablemente aún me vez aquí. 

Ahora, después de tantos años, solo logre entender que "el hubiera no existe". Que solo existe el presente y que el pasado no sera mas que siempre pasado. Tú aún estas a tiempo de dejar atrás el hubiera y vivir el presente, que tus aún jóvenes años te dejan. 

Seguramente me dirás que lo has intentando, que haz pedido una oportunidad mas a la vida. Que aún aguardas un presente diferente al que conoces. Déjame decirte entonces, que si es así, estas en el lugar incorrecto. Recoge tus recuerdos, toma en tus manos tus segundos y grita al cielo que aún la piensas. Busca tu felicidad y deja de pensar que ella volverá a ti. Quizás sea mejor que tu vuelvas a ella y veras que las cosas serán diferentes. 

La conversación se prolonga un poco mas. Joven y viejo se detienen a mirar el tiempo que pasa inconsciente. Se quedan en silencio y se preguntan ¿si las cosas serán distintas entonces? El joven prende un cigarrillo se pone de pie y agradece al viejo amigo los minutos regalados. La despedida ha llegado y no queda mucho por decir. Un gracias cierra la conversación entre ambos. Pero antes de que el joven se alejara lo suficiente como para que no lo oyera, el viejo repite un pequeño y antiguo verso:







Ay paloma blanca, ¿donde estarás?
tan lejos de tu nido.
Me pregunto ¿si aún me recordaras?
o es que quizás ya me dejaste en el olvido.

Mañana volverás a mí, me repito.
sin saber siquiera si aún existo,
tarde sera paloma seguro,
el día que entiendas que sin ti no vivo.














viernes, 16 de septiembre de 2011

La magia de los Andes y la historia de bella


Dicen que el mundo es un mundo de historias entrelazadas, en donde al final todos los caminos convergen sobre un mismo punto. En donde el fin acaba en el principio y el principio comienza en el fin. En donde hay tantos caminantes como empedrados de historias, está el mundo aún  megalítico.

Cuales gitanos trotamundos  andamos sin destino.  Llevamos en nuestras  modestas y pequeñas  alforjas historias recogidas en los días de invierno, pues aquellas de verano quedaron escondidas en el fondo del pequeño bolsillo que  nunca rebuscamos. Serán entonces estas  frías historias que marcaron el alma, las que en un capricho del destino nos permiten regresar al mundo de los vivos. Cual espíritus flotantes que juegan en  noches de brujas.

El frío trae consigo, en estos tiempos, el  sabor amargo  del barro. Pero esta noche el frío no llegó solo.

Esta noche sería distinta. Aquella rutina perpetuada en el tiempo cómplice del ritual abandonado cesaría este día.

“Esta noche te tocará callar y sólo escucharás, mi querido amigo”. Le dijo aquella misteriosa mujer, que encierra en sus ojos las historias de los andes perdidos en el tiempo. 

Dejó sus alforjas y se sentó frente a ella, sin dejar de ver el color de sus cabellos que protegían cual muralla lo tierno de su rostro. Repetía entonces, en silencio, los pazos andados.  El frío se detuvo en ese instante  y recostó su rostro sobre su mano sin dejarla de ver tímidamente.

Aquella mágica y a la vez extraña mujer comenzó entonces a contar la historia que tenía que narrar.

Aquella historia comenzó como un susurro traído por los vientos fríos de los Apus de nuestra cordillera central.  Sé que mi historia será más triste que la tuya y por ello he decidido contártela. Quizás  con ella entenderás que el dolor no es sólo tuyo sino que es del mundo.

Mi historia es como seguro imaginas una historia de amor. Éramos pues felices realmente. Aquél era para mí y yo para él. El trajín de las discusiones no existía y si acaso se dieron no fueron más que momentos perdidos en el tiempo. Aquellos días transcurrían en un mundo imperfecto, pues todo aunque no lo crean era perfecto. Sin embargo un día sin saber ¿por qué? o ¿qué? el mundo en el que vivía cambio y aquel amor que existía fue diluyéndose entre mis manos, mientras mi alma comenzaba a comprender lentamente el triste final.

Desde entonces comencé a comprender  que aquella  historia de amor fue corrompiéndose traicioneramente por el cruel destino. No comprendí entonces ¿por qué después de tantos años un día el amor terminó escapando? Sin poder siquiera atraparlo. “Me voy” me dijo, y simplemente un día partió.

Para el trovador errante no fue necesario entonces  que aquella historia continuara. No habían sido sus palabras los que los convencieron sino el brillo opaco de sus ojos quienes lo convencieron de lo dicho. Era en verdad aquella historia más triste que cualquier historia que habría escuchado. Comprendió el dolor de aquella mujer y se preguntó mil veces ¿cómo hizo? se preguntaba ¿cómo pudo sobrevivir? ¿Cómo logro no volverse una mujer errante? ¿Cómo su alma no vagó por el infinito de la soledad? ¿Cómo puede seguir en pie? Fue difícil realmente me dijo, sin embargo siempre comprendí que el mundo era feliz.

Aquella historia lo sobrepuso en la tierra.  Volvió sus pasos al camino del retorno y comprendió que a pesar de todo se puede seguir de pie, a pesar de ya no contar con ellos... Aquella historia conmovió al hombre y lo obligó a retomar el camino de partida. La bella mujer le dijo entonces al trovador: no vale la pena que sigas dejando el dolor de tu alma en el mundo, basta sólo con que entiendas que el tiempo se acaba. Que es hora de vivir y seguir. Tras ello sus ojos brillaron realmente y aquél terminó perdiéndose en su mirada. 


Nota:   Las imágenes fueron extraídas de Internet. Los derechos pertenecen a  sus autores.

martes, 23 de agosto de 2011

"Camanchaca Tacneña" una Bella Historia


La noche es realmente fría en la heroica ciudad de Tacna. Aquel frio helado que llega de la cordillera de los andes es capaz de hacer tiritar de frio hasta al más duro paisano o huésped tacneño. Las manos se unen en forma de plegaria tratando de hallar tan solo un poco de consuelo en un pedazo  de calor y los pies se inmiscuyen atrevidamente   en la mejor de las frazadas sin gran éxito.
El frio de los andes trae con los juegos del viento también un  secular visitante Tacneño. La  “Camanchaca”. Aquella que atrevida y juguetona baja de las alturas, seguramente volviendo a visitar como todos los años a los hijos de estas vilcas tacneñas.  Poco a poco y con el transcurrir los días se muestra implacable a su paso y se apodera de las noches de   mis calles de Tacna.
Aquella camanchaca Tacneña, se ha convertido desde siempre en el  compañero permanente de las madrugadas del imponente Intiorko. Y junto a él vivió amargamente el dolor de este suelo heroico. Es preciso entonces recoger su historia y contarles un poco de ella.  Pues tal vez después de esto podrán gozar de esta dulce camanchaca Tacneña.

Don Luis Cavagnaro nos trae pues una historia, que sin quererlo quizá, no comprende  solo la historia de un héroe Tacneño  sino también de una camanchaca guerrera.
En su libro  “El Centauro de las vilcas” Gregorio Albarracín Lanchipa. El gran historiador de Tacna, nos trae esta historia que narraremos a nuestra manera. Sin cambiar los datos históricos pero uniendo dos historias en una.
“Aquella mañana de fría camanchaca tacneña (aquella que seguramente alguna vez en algún viaje madrugador nos ha sorprendido en la meseta del Intiorko) don Gregorio Albarracín recibió la noticia del centinela: “Mi coronel a poco distancia de nosotros se divisa una avanzada chilena”.
 La húmeda camanchaca de aquella mañana  hacia difícil divisar al enemigo pero era más que evidente, la desventaja en la que se encontraba frente al número de sus enemigos.  Dos ideas seguramente pudieron cruzar esa helada mañana en la mente del coronel y sus hombres. Tomar raudo camino en fuga del enemigo o enfrentarlo heroicamente. Aquella, entendían seguramente,  era el camino directo al final de su lucha.  Que seguramente quedaría escrita  con sangre   en las páginas de oro del Perú.
Sin embargo, una decisión tomo por sorpresa a los hombres. Aquella resulto seguramente    inconcebible en el momento  para estos valientes tacneños, pero seguramente también necesaria para la patria.  Ordeno entonces separarse a sus hombres (montados a caballo) a una distancia prudencial uno de otro.
Sepárense unos a otros y cuando de la orden galopen a toda fuerza, hagan que sus bestias levanten el polvo de esta tierra y no duden en un solo momento de mis órdenes.  Este día estos chilenos sabrán quien es el Perú.  ¡Adelante mis flanqueadores de Tacna! ¡Que hoy Tacna mostrara la sangre de sus hijos!
Aquella avanzada chilena diviso entonces a lo lejos, en medio de esa camanchaca tacneña.  Una enorme caballería como salida del mismo infierno,  dirigiéndose  a todo galope en su contra. La densa niebla de aquella camanchaca vespertina les mostro entonces  a la misma muerte al  temible enemigo. ¡Retirada! ¡Retirada! Fue la orden que recibió el invasor. Alejándose con todas sus fuerzas del temible enemigo que la muerte traía al galope en medio de la nada.

Aquella mañana, la camanchaca tacneña dibujo en la mente del enemigo un ejército insuperable. El enemigo se extendía en todo el frente que sus ojos pudieran divisar. Cientos de soldados dispersos en todo el terreno se acercaban a galope trayendo con ellos seguramente al mensajero de la muerte.
De esta manera el Centauro de las vilcas junto a los pocos tacneños que lo acompañaban. Hicieron correr aquella avanzada chilena inmensamente superior a los peruanos.
Aquel día y más  quedara seguramente en la memoria de mi camanchaca Tacneña. Desde entonces regresa implacable en este mes de agosto a las callecitas de mi ciudad. Trae consigo las memorias de Albarracín y sus hombres; mientras susurra en el tiriteo  de los Tacneños, que aquel frio que la acompaña es también Tacneño, y que estará por siempre con nosotros en estas nochecitas de frió Takano. 

                                                          "Un Albarracino no se rinde jamas"

sábado, 13 de agosto de 2011

Del amor y sus historias (...) A las tres mujeres que ame.




 Juan llego a casa una vez mas, se conforta de estar por fin de nuevo en su mundo. Como es de costumbre tomara un tiempo para ponerse cómodo. Luego de eso sabe que como  siempre  prenderá su computadora pensando que quizás este día exista algo que reviva sus días.

Siempre recuerda en silencio y a manera de consuelo que alguna vez encontraba una nota de amor, un beso electrónico o una tarjeta virtual que diga ¡te amo! Después de todo sabe que el amor de cartas y poemas quedo en el pasado, aunque sea difícil olvidar aquellos tiempos. Sabe y comprende que ahora el amor es virtual.  

También recuerda y comprende que la vida no es más que un ciclo que retorna al mismo punto cada cierto tiempo y trae consigo más que las deudas pendientes del pasado.

Toma asiento, el computador esta  ya encendido, solo falta algo de música y un cigarrillo que consuma los suspiros y ciertamente poco a poco su vida. Se pregunta si el cigarrillo que ahora toma parte de su tiempo no robara también el tiempo con los nietos que tanto añora. Sabe  que probablemente así será, pero guarda la esperanza de un día olvidar la nicotina que hoy inunda su vida.

Aquel rito se repite día con día y a pesar de ello siempre hay recuerdos que revivir y lamentar. Rememora en la  lo distancia cada uno de ellos como si hubieran sido ayer y solo la conciencia le hace entender lo distante de aquellas.

Esta noche se preguntaba una vez más la razón de su soledad. Rememora el tiempo y recuerda que alguna vez; en algún lugar del mundo y el tiempo. Existieron algunas mujeres que realmente lo amaron. Reconoce que la razón del sin sabor de sus días se encuentra en ellas. Después de todo  una y otra vez las dejo partir a pesar, que cada una de ellas, pudo ser la mujer de su vida.

Añora aquellos labios delicados que besaba en una mujer morena. Besar aquellos labios era como no besar y besar a la vez. Fue la primera vez que pensó en unir su vida a una mujer. Tenía tan solo 15 años y sabe que aquellos delicados  labios marcaron  su vida por siempre. Pero aquella historia fue tan solo un cuento de hadas, pues  sabe  que aquellos días fueron ciertamente clandestinos. Aquel amor perduro muchos años en su vida, sin ser amor y sin ser realidad. 

La vida le deparo entonces una segunda oportunidad. Una hermosa niña de ojos grandes  y cautivadora sonrisa. Aquella logro conocer cada uno de sus defectos y virtudes. Fue capaz de despertar sus más grandes pasiones y también sus más grandes demonios. Aquel amor fue difícil de llevar pero al final de todo, fueron más de 7 años de su vida. Aquella conocía de sus grandes debilidades y quizás saca provecho de ellas. Pero  termino también  odiando aquella forma de seducirlo.

Aprendieron a necesitarse y lamentablemente también a dañarse. Ella, fue su eterna compañera, a pesar de todo. La soledad escapaba entre sus caricias y besos y eran capaces de resucitar  esperanzas en su alma. A pesar de ello siempre se preguntaba ¿si aquella seria la mujer indicada?

Recuerda que cada vez que lograba enamorarse nuevamente de ella (pues el amor escapo muchas veces por la ventana) ella siempre terminaba por  alejarse de su vida. Así lo hizo una y otro vez. Pero lamentablemente a su retorno era necesario volver a empezar.

Quizás ella nunca comprendió aquello o simplemente fue el fatal destino quien escogió fuera así. Finalmente aquel hecho se repitió una vez más.  Pero esta vez para siempre y por siempre. Sabe que recordara su sonrisa, hasta el último día. Aunque al final sea solo eso, un recuerdo.

Finalmente añora con tristeza que un día una flor de nardo llego a su vida, dispuesta  a transformar todo lo que tenia y  destruir el mundo que conocía. Ella construyo sobre aquella alma irregular y pozo ante sus ojos el imperio que le pertenecía. Aún sus labios recuerdan la primera vez que la besaron, en  aquella iglesia, en donde un día pensó se casarían. Recuerda desconsoladamente que  sobre una iglesia prodigo por primera vez su amor y sobre una iglesia un día le toco volver a decir adiós para siempre.  Después de todo siempre pensó que aquella mujer, era la mujer que el mundo le negó, que la distancia separo y que el olvido encontró.

La noche es simplemente el momento más triste de su vida y a su vez el único consuelo  que le permite revivir aquellos días que aún llenan su alma. Lamenta sin embargo saber que  aquellas tres tristes historias, conocieron el infortunio gracias a una sola palabra: “El”.



Reconoce en su persona la cobardía de no luchar por lo que quería, sabe que confió en el amor que le prodigaban, sin entender que debía luchar día por día por el. Comprende  que aquellas lo amaron más de lo que él podía comprender. Lamenta  las lágrimas que mojaron sus mejillas tras su culpa. Sabe que fue él quien más perdió en cada una de ellas.

Termina la noche y solo le queda una pregunta ¿debió luchar? Si acaso siempre se aparto de sus vidas el día que le dijeron que se fuera. Si acaso solo las dejo partir el día que le pidieron que lo haga. Piensa en lo que siempre le dicen: Debiste luchar, si realmente la amabas, debiste luchar.

Luchar (...) lamentablemente es una palabra que aún no entiende. Cuando una mujer dice que no ¿es realmente no? O como dicen solo es la alerta para que la palabra lucha se encienda. A pesar de todo piensa que uno debe ser un buen perdedor. Sabe que ninguna de ellas puede recriminar que les hizo la vida imposible, después de aquello, sino que trato de desaparecer por siempre. O quizás simplemente aún  se repetirán: “el fue el cobarde que nunca se atrevió a luchar por mi”.

Finalmente debe entender que aquellas historias tuvieron su momento en su vida. Que abrieron profundas heridas en su alma y que a pesar de ello las recordara por siempre, con el mejor de los conceptos. Después de todo solo cometieron un error (…)  Amarlo.



Tres conclusiones:

a la primera: perdón, pero fue tan culpa tuya como la mía. 
a la segunda: buscamos una felicidad donde no la había, pero fue grato intentarlo.
a la tercera: perdón por todo, pero quizás te apresuraste.

el Fénix.






























lunes, 8 de agosto de 2011

Del Baúl de los recuerdos: Carta de despedida a la mujer que se amo.


Revisando los recuerdos que el tiempo dejo atrás en el silente olvido. encontré esta carta que alguna vez escribí y que nunca remití a su destinataria. Los recuerdos son del alma y el alma es un sin fin de recuerdos. 
Lejanos son ahora aquellos días, sin embargo no hay mayor silencio que aquel que no es capaz de percibirse. por ello dejo con ustedes esta pequeña misiva, que algún día mi vida cruzo.


Fechada en algún lugar del tiempo.

Melancolía creo es que lo tiene mi corazón, y es que de un momento a otro volviste a atravesar mi vida con la misma fuerza y emoción de la primera vez. Fue extraño saber que te casabas y mucho mas con quien, pero extraña es la vida desde que te conocí. Y es que fue extraña desde la primera vez que te vi. Recuerdo que mi corazón adolescente esperaba  ver en verdad a otra persona y sin darme cuenta esta nunca llego y en medio de la caída del sol apareciste tu, cuando mis ojos se resistían a abrirse a la vida. Pero mas extraño fue la forma en la que nos enamoramos, en medio de una de las primeras mas grandes jaranas de mi vida, seguida por un escándalo y concluida con mis lagrimas. Recuerdo que me dijiste que al verme llorar te hubiera gustado besarme. Luego las cosas para no salir de le común fueron por demás extrañas. Nadie debía saber lo que mi corazón sentía por ti. Recuerdo que entre sombras te podía besar y que extrañamente la muerte de los parientes, eran la excusa perfecta para subir a un auto y poder visitarte. Extrañamente tus labios, se convirtieron en el descanso de mi vida y es que para no romper la regla extrañamente tus labios eran los mas suaves labios que en mi vida tocaría.  Finalmente los años pasaban, pero mi amor por ti permanecía como un recuerdo que se lleva en la sala de una casa, intocable y maravilloso. Durante años, fuimos amigos y amantes a la distancia, decidimos equivocadamente actuar maduramente dijimos, “mientras estemos lejos cada quien puede hacer con su vida lo que desee y si el amor perdura este nos unirá”. Que equivocados estuvimos en aquella oportunidad y que equivocados estamos hoy. Lo cierto es que en esta oportunidad no ocurrió nada extraño, pasó la cosa más lógica imaginable. Tú me dejaste de respetar y amar una y otra vez con la idea de que ya habías hecho tu vida y que yo ya no tenia espacio en ella, pese a ello yo me aferraba a ti, y cuando menos lo pensé volviste a mi y fue entonces que los problemas de mi vida no me dejaron adoptarte a mi vida. Fue muy tonto creer que podríamos salir de esto tan fácil, la verdad es que lo mas extraño de todo fue que cuando mi corazón se resignaba a perderte, apareciste ante mi de la nada. Extraño no??? Pero estabas a tan solo dos parabrisas de distancia, y es que te vi. Pasar frente a mi en otro carro, pero mas extraño fue que nos cruzáramos en una ciudad ajena a  nuestras historias y que no pudiera hablarte, ni siquiera mirarte y es que lamentablemente me estoy volviendo ciego. Fue extraño ver tu sonrisa al otro lado de mí y no poder reconocerte, pero mas extraño fue el palpitar de mi vida al ver que me saludabas y es que hace tantos años que me quitaste el saludo y volver a sentir siquiera eso, me cambio la vida.

Hoy se que te casas y me resigno a perderte, ayer extrañamente te soñé y con una nota me decías que no sea tonto, que te busque, que te llame...pero lamentablemente solo un sueño fue. Hoy eras la novia de otro y otro te llevara al altar del brazo, aunque yo seguiré soñándote, como aquel que siempre soñó y que hoy le toco perder.

Que seas muy feliz.

domingo, 7 de agosto de 2011

historias entrelazadas


Juan continuaba  como era casi común en todos sus días, buscando aquella respuesta  al destino adverso que le toco vivir. Habían transcurridos dos años desde el día en que el infortunio toco a su puerta.  Desde aquello no había hechos mas que escapar del destino y sobrevivía  esquivando cualquier oportunidad que pudiera significar un error más.

Había decido abrir sus alas solo el día que el corazón le hiciera entender que era hora de volver a volar. Mientras tanto sus alas replegadas se mimetizarían a su dorso, esperando el día de volver a surcar los aires del amor.

Aquellos años le habían mostrado que la verdadera felicidad se encontraba lejana a aquello que alguna vez creyó cierto. El dolor le enseño que el amor, el verdadero amor, era aquel que estaba dispuesto a ceder en busca de la felicidad del que se ama.

El tiempo le enseño que amar no es solo pasión, sino, que subversivamente incluía mucho más que palabras y paradigmas. Que el amor  no era tan solo dejar que sus labios pronunciaran  aquella palabra. Sino que encubría el infinito deseo de permanecer por siempre a su lado.

La soledad le mostró que no se puede amar sin respetar y admirar. Que no es posible ser feliz si es que la persona a tu lado no lo es. Para entonces había olvidado el significado de la palabra  sexo y rememoraba día con día el momento en que su cuerpo volviera a respirar por el millón de poros obstruidos por la ausencia del cuerpo, que se estremeciera  ante sus caricias.

Juan vivía pensando que a pesar de todo lo aprendido ya no quedaba más que esperar a que el mundo volviera a tejar aquella madeja que lo uniría por siempre al destino de otra persona.

Desde entonces convirtió al amor en un cuento mítico,  que recorría las almas de aquellos que nunca siquiera entendieron el giro de la palabra amor. Que se enredaba en el polvo de torbellinos fugaces y que animaba el fuego perdido del alma.

Sin embargo y contra todo designio,  el destino le tendría deparado una nueva oportunidad. Un día cualquiera apareció frente a sus ojos una mujer con una historia entrelazada a su destino.  Era ella la dueña de dos hermosos ojos y de una sonrisa capaz de empalagar el mas agrio de los sabores.

A el le pareció bella desde la primera vez en que la vio, fijo sus ojos sobre ella  y le pareció que la había visto toda una vida. Le observo una y otra vez preguntándose ¿cómo? y ¿dónde la vio? Tras el silencio de sus recuerdos, comprendió que aquello no fue más que una simple casualidad. Pese a ello, sabía que aquellos acaramelados ojos lo habían visto alguna vez.

Tras aquella aparición, Juan decidió descentrelazar aquella historia de su vida. No era el momento ni el lugar para volverlo a intentar.  Decidió que  era mejor dejar las cosas en su lugar y no volver a poner en peligro la poca paz que había logrado encerrar.

El destino, era sin embargo adverso a toda decisión que  tomara. Ella empezó a aparecer en su vida. Toda decisión que el tomara por alejarla se convertía infructuosamente en una nueva oportunidad. Aprendió a ver el ver el resplandor capaz de cegar sus ojos, a buscarla entre el ruido de la multitud y escuchar su voz entre el silente bullicio.

Lamentablemente comenzó a entender que todo aquello no era más que un error del  complejo destino. Que a pesar de todo lo que podría sentir, aquello era simplemente difícil. Se preguntaba todos los días ¿si ella seria la mujer que el mundo le deparaba?

Aquellas dos historias comenzaron a entrelazarse entre la nostalgia que se  adueña de sus mundos. Comprendieron primero que los dos habían sufrido de igual y distinta manera. Que el mundo se había encargado de separarlos y unirlos en el momento y lugar inadecuado.


Las heridas que habían ya cerrado en el alma de el, eran aún, heridas  abiertas en el corazón de aquella.  Observo  que su alma aun contenía muchos demonios por apartar de su vida. Que las llagas del alma se encontraban aún ardiendo ante el inclemente fuego que solo los rayos del sol provocan. Y una vez más entendió que entrelazada a esa historia se encontraba la desgracia del imposible que gobernó los cuentos que alguna vez construyo.

Había encontrando una vez mas entonces, la  amargura del destino ajeno.  Sabía que era el momento de partir  y  terminar una vez más una  historia sin empezar.

Aquel amargo día, una llamada rompió el acostumbrado silencio. Tomo el teléfono y por primera vez escucho su voz entrecortada.  Era ella, le decía lo que siempre quiso escuchar: Que lo amaba, que quería hacer un mundo a su lado, que era todo lo que ella quería en su vida. Entonces escucho temerosamente cada palabra. Después de todo comprendía que aquellas palabras no eran necesariamente verdad. Trato de controlar su corazón frente aquello, pero infortunadamente no le fue posible

Aquella llamada termino con el fin de la noche. Sin embargo todo no fue más que un sueño. Al despertar comprendió que tal como lo pensó, todo no era más que una jugarreta del cruel destino. Que nada había pasado en realidad, que nada era más que una ilusión que su corazón quiso crear. Que los sueños a veces superan a la realidad. 

Juan despertó con aquella cruda verdad. Detuvo nuevamente el mundo y lo volvió al lugar donde pertenece. Le pidió que dejara de girar sobre su órbita y que se mantenga sobre el  eje inerte. Sin traer con ellos el día y la noche que presenta sobre    sus  hemisferios perturbantes.  Después de todo no era posible la coexistencia de dos mundos paralelos de dolor.

Juan asumio nuevamente aquello a lo que estaba acostumbrado.  Que el ventoso destino  volvió a entrelazar dos destinos que nunca se debieron encontrarse. Que hay  historias que no caben en un solo cuento. Que las princesas no se juntan con plebeyos, que los arco iris no pertenecen más que a los duendes y que los campos elíseos no son más que los campos del infierno de hades.

Finalmente comprendió que el mundo entrelazo dos mundos, en donde unos quieren vivir y otros sobrevivir. Que el sabor arenoso del invierno seguira aun en su alma, mientras espera el dulce aroma que las flores traen cuando el amor retorna. Mientras ello conservara la paciente esperanza del jardinero, que no hace mas que aguardar la dulce primavera. 







domingo, 31 de julio de 2011

Sin historias por contar: del vació, la nostalgia y la locura



Sin historias por contar...

De pronto la vida se quedo sin historias y  la tristeza cedió paso a la nostalgia, mientras  el vació tomo el lugar que el silencio había llenado. Aquel  llego un día,  como si hubiera estado esperando el momento exacto para apoderarse de lo que  juzga le correspondía.

Llego, cogió las  tristezas y las convirtió en pequeños paramos de vida. Luego las  guardo en el desván  de los  lamentos y cerró la puerta que hace mucho se mantenía abierta.  

Observo detenidamente todo lo que tenía, susurro preguntándome: ¿si aun las quería? Le dije que sí. Que no tenía nada más que aquello. Paso inadvertida mis mudas palabras y continúo con el trabajo que vino a realizar.

La  oscuridad y la luz son  eso que las personas llaman noche y día. Debo confesar que estimo mas a la primera, después de todo me encuentro acostumbrada a ella. La nostalgia desafiante se aproxima a mi vida y me dice es hora de volver a empezar esta historia que no serás capaz de contar. 

No hace falta que esperes mi llegada, después de todo sabes de mi  acostumbrada visita. Una vez al día me repite la nostalgia. Quien llega siempre puntual a mi encuentro. Empezamos como siempre nuestra conversación en silencio, luego una a una me presenta las imágenes que el vació encerró, mientras el vacio trata de poner nuevamente las cosas en su lugar.

Finalmente antes de que parta le pregunto una vez más la misma interrogante: ¿hay hoy  una historia por contar? y susurrándome al despedirse me responde: Que haz de contar, si no hay historia que te pueda reanimar. Deja que haga mi trabajo y pídele al tiempo te devuelva un día  la vida que dejaste.

Así parte la nostalgia como todos los días y me deja nuevamente con el vació que tomo el control. La dejo ir sabiendo de su regreso y  a veces la locura, que esperaba su momento, llega persistente  buscando apoderarse del lugar que tomo el vació. Suele aparecer como siempre con  un delirante monologo de dos.

Entonces me ataca con una y mil preguntas. Me hiere diciéndome que es mi culpa, que yo lo busque y que encontré solo lo que busque. Comienza a reír de todo, me obliga a mirar el techo y bajar la cabeza una y otra vez. Busca desgarrar mi garganta, me invita a ir consigo y me promete un fin a mi historia.  Sin embargo no ha logrado ganar más que minutos en mi vida. 

Cuando al fin comprende que aquella noche no será el día de su victoria, se marcha sabiendo que tarde o temprano tendrá otra vez una oportunidad. Se despide prometiéndome  que un día podrá  darme una historia sin realidad y el fin de mis días.

Así cada noche, recibo la frecuente visita de la nostalgia y la locura, quienes aprovechan que el vació continua recogiendo los recuerdos. Tratando de dejarme sin historias cada día.
 
La oscuridad sede el paso a la luz como siempre.  Y la vida se mimetiza en una  estatua. Que ve pasar el mundo sin poder cambiar el rumbo del viajero, que se posa frente al granito en que descansa. Mientras ello, me pregunto  si siempre permaneceré ahí, si todos pasaran siempre frente a mí y yo nunca frente a ellos. El granito de su cuerpo se conmueve y la lluvia simula su llanto, pues sufre al saber que quizás  esa sea su única morada.

No hay historias por contar y la vida sigue su camino frente a mí. Después de todo no tiene porque detenerse, acaso me detuve frente a ella cuando era feliz. Acaso escribí cuando tenía mil motivos para hacerlo. No hay reproches entonces, solo la necesidad de escapar pronto de la inercia que me rodea. No hay paciencia sino en realidad mucha prisa, por dejar por fin en prisión  a el vació, la nostalgia y la locura que esperan pacientemente la oscuridad de este nuevo día.




P.D. LAS IMÁGENES SE EXTRAJERON DE INTERNET. LOS DERECHOS PERTENECEN A SUS AUTORES.