Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


domingo, 31 de julio de 2011

Sin historias por contar: del vació, la nostalgia y la locura



Sin historias por contar...

De pronto la vida se quedo sin historias y  la tristeza cedió paso a la nostalgia, mientras  el vació tomo el lugar que el silencio había llenado. Aquel  llego un día,  como si hubiera estado esperando el momento exacto para apoderarse de lo que  juzga le correspondía.

Llego, cogió las  tristezas y las convirtió en pequeños paramos de vida. Luego las  guardo en el desván  de los  lamentos y cerró la puerta que hace mucho se mantenía abierta.  

Observo detenidamente todo lo que tenía, susurro preguntándome: ¿si aun las quería? Le dije que sí. Que no tenía nada más que aquello. Paso inadvertida mis mudas palabras y continúo con el trabajo que vino a realizar.

La  oscuridad y la luz son  eso que las personas llaman noche y día. Debo confesar que estimo mas a la primera, después de todo me encuentro acostumbrada a ella. La nostalgia desafiante se aproxima a mi vida y me dice es hora de volver a empezar esta historia que no serás capaz de contar. 

No hace falta que esperes mi llegada, después de todo sabes de mi  acostumbrada visita. Una vez al día me repite la nostalgia. Quien llega siempre puntual a mi encuentro. Empezamos como siempre nuestra conversación en silencio, luego una a una me presenta las imágenes que el vació encerró, mientras el vacio trata de poner nuevamente las cosas en su lugar.

Finalmente antes de que parta le pregunto una vez más la misma interrogante: ¿hay hoy  una historia por contar? y susurrándome al despedirse me responde: Que haz de contar, si no hay historia que te pueda reanimar. Deja que haga mi trabajo y pídele al tiempo te devuelva un día  la vida que dejaste.

Así parte la nostalgia como todos los días y me deja nuevamente con el vació que tomo el control. La dejo ir sabiendo de su regreso y  a veces la locura, que esperaba su momento, llega persistente  buscando apoderarse del lugar que tomo el vació. Suele aparecer como siempre con  un delirante monologo de dos.

Entonces me ataca con una y mil preguntas. Me hiere diciéndome que es mi culpa, que yo lo busque y que encontré solo lo que busque. Comienza a reír de todo, me obliga a mirar el techo y bajar la cabeza una y otra vez. Busca desgarrar mi garganta, me invita a ir consigo y me promete un fin a mi historia.  Sin embargo no ha logrado ganar más que minutos en mi vida. 

Cuando al fin comprende que aquella noche no será el día de su victoria, se marcha sabiendo que tarde o temprano tendrá otra vez una oportunidad. Se despide prometiéndome  que un día podrá  darme una historia sin realidad y el fin de mis días.

Así cada noche, recibo la frecuente visita de la nostalgia y la locura, quienes aprovechan que el vació continua recogiendo los recuerdos. Tratando de dejarme sin historias cada día.
 
La oscuridad sede el paso a la luz como siempre.  Y la vida se mimetiza en una  estatua. Que ve pasar el mundo sin poder cambiar el rumbo del viajero, que se posa frente al granito en que descansa. Mientras ello, me pregunto  si siempre permaneceré ahí, si todos pasaran siempre frente a mí y yo nunca frente a ellos. El granito de su cuerpo se conmueve y la lluvia simula su llanto, pues sufre al saber que quizás  esa sea su única morada.

No hay historias por contar y la vida sigue su camino frente a mí. Después de todo no tiene porque detenerse, acaso me detuve frente a ella cuando era feliz. Acaso escribí cuando tenía mil motivos para hacerlo. No hay reproches entonces, solo la necesidad de escapar pronto de la inercia que me rodea. No hay paciencia sino en realidad mucha prisa, por dejar por fin en prisión  a el vació, la nostalgia y la locura que esperan pacientemente la oscuridad de este nuevo día.




P.D. LAS IMÁGENES SE EXTRAJERON DE INTERNET. LOS DERECHOS PERTENECEN A SUS AUTORES.