Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


lunes, 19 de julio de 2021

sueño de una noche de verano


Sueño de una noche de verano



"Y un día la luz entro por mis ojos y me hizo entender que pase lo que pase...siempre se puede volver a empezar. Son cosas extrañas las que pasan, a veces ni siquiera las podemos  entender. Pero pasan...dedicada a todos los Aries. Volviendo a vivir...porque basta un segundo para resucitar y mucho tiempo para morir."

Recuerdo, haber visto alguna vez la película sueño de una noche de verano (inspirada en el libro de William Shakespeare)  y quede fascinado con todo aquello. Hoy sin quererlo y sin siquiera imaginarlo: "creo, que viví mi propio sueño de verano".

Fue tan extraño todo aquello (...) me movieron el mundo completo y por una noche mi corazón volvió a latir a mas de 100 pulsaciones por segundo. De la misma manera que late el corazón de un ser que ha amado.

Aún no entiendo como paso todo aquello y de seguramente ella tampoco. Imagino que aun se preguntara ¿qué paso? Y de seguramente aun no tiene respuestas. Pero a pesar de que sé: que quizás no la veré nunca más, permítanme  decir que fue el sueño más bello de mi vida.

Aquel encuentro logro que saliera  del sub mundo en que vivía y como una ráfaga violenta mi alma volvió a la vida. Aunque solo fuera un sueño o aunque solo durara un instante, basto para que todo aquello sucediera.

Mi vida se encontraba resguardada en la mazmorra más alta del pico más lejano del reino de los  mortales  y debía estar ahí hasta   el instante que mis pulsaciones entendieran que había llegado la calma para su existencia y que el amor lograra rescatarlo del reino de las almas que vagan  en las  gobiernos del dios hades. 

Pero quizás sin que lo sepa, aquella mujer logro lo inimaginable. Hizo lo que nadie pudo en todo este tiempo y lo mejor de todo sin siquiera intentarlo. Logro romper aquel nombre lacrado con mi sangre, que impedía día tras día que  la luz entrara a  mis ojos ya deslucidos por la oscuridad del vil olvido y del lastimero silencio. Aquella mujer logro rescatarme de mi interminable viaje por los infiernos del sabio Virgilio.

 Y no fue con  guerra que lo logro, sino simplemente con  la luz de su mirada. Aquello basto para romper aquel  sello cancerbero y en un haz de vida escribir  nuevamente la palabra  felicidad en mi piel,  con su dulce aroma. Gracias a ello, aquella vida, es por fin vida.

Como dije al principio, se que quizás no la vuela a ver mas y entiendo todo aquello. Por cuanto todo ello pudo ser simplemente un traspié del destino, un error en los planes de dios o simplemente la travesura del dios Vaco. Pero saben (…) le  agradezco el haber aparecido en mi vida,  como el ángel que trae la buena nueva y luego simplemente parte dejando atrás el mensaje de dios. 

Y es que me dejaste el mensaje más importante. Me susurraste al oído que  aun puedo amar, que aun soy dueño  de mi vida. Que a pesar de que todo te diga que no se puede, yo si puedo y que ya no hay razón para llorar por la doliente ausencia de quien ya jamás regresara. Me dijiste en silencio, no te preocupes y vuelve a vivir que yo te doy la vida para que hagas con ella lo mejor que puedas hacer.

Me enamore en un instante  de aquellos ojos que acompañan simétricamente  esa sonrisa perfecta, que sueles regalarle al mundo. Me enamore de lo dulce de tu labios y de la forma en que te sonrojas al hablar.  Me enamore de ti mujer y no me duele haberlo hecho, aunque solo durara unos segundos.

No puedo negar que siento no haberla conocido mejor, el no haber podido saber los secretos que escondía bajo su silencio. El no haber escuchado  cada una de sus historias, como el mejor oidor de las  mil y una noches del enigmático desierto. Pero sobre todo me hubiera gustado quedarme: prendido de su cintura. Como si  quisiera sujetarme de ella  por siempre. 

No recuerdo a ciencia cierta todo lo que paso, pero me queda un recuerdo impregnado en el desvarió de mi memoria. Recuerdo que en un instante la mire a los ojos y le dije que quería amarla por siempre. En aquel momento note como las niñas de sus ojos crecieron  ante lo dicho  y creo que no termino  de entender lo sincero de aquellas palabras.

Sé que no leerá quizá  este recuerdo de una noche de verano, pues prefiero guardarlo  para el momento indicado. Cuando despierte de este sueño y para cuando este lo suficientemente lejos como para no entender lo que me paso.

Solo me queda darle gracias a dios por aquel sueño de verano que me regalo y pedirle fuerzas para poder llegar a la siguiente oportunidad que me toque volver a intentar amar.

Gracias por el dulce deseo de vivir que me regalaste en este sueño de verano y sobre todo gracias por la luz que me diste.


 el fenix