Hoy he intentado una y otra vez poder
escribir sin éxito alguno. He escrito 18 veces y 18 veces he borrado
la mediocridad que el aburrimiento inspira en esta torpe cabeza, que nada es
capaz de escribir.
El 18 de enero ha llegado y en verdad
no quería que llegue. Pues sabia secretamente que sería el más gris
entre los grises. Y es que quiero escribir lo que en silencio grita mi
alma, pero nada se puede hacer cuando lo que digo es lo mismo de siempre. Se me
acabaron las historias y las opiniones. Nada soy capaz de escribir y mucho
menos publicar.
¡Qué triste es tu vida!
me decía hoy una amiga. Robándome la frase que le
repito día con día. Qué triste que vivas de recuerdos, mientras
eres prisionero del silencio que te golpea día con día. Mientras
tanto sigo atrapado en las redes del aburrimiento que le gano el paso a los insípidos días del silencio.
Y es que finalmente los días del silencio terminaron con cualquier
intento que tengo por escribir y los del aburrimiento fulminaron lo poco que aún
quedaba.
Mientras tanto me he quedado atrapado
en el Centenario del nacimiento del gran José María Arguedas y es que por
casualidades de la vida hoy 18 de enero nació uno de los hombres más
importantes del siglo XX en el Perú.
Leo y releo el zorro de arriba y de abajo
y recojo aquellas palabras de su testamento:(...) yo si no escribo me mato
(...) Lo cierto es que yo no me matare, pero parece que ando muerto en vida.
Sin palabras, sin textos que guarden lógica o que digan realmente lo
que siento.
Pero que puedo escribir, si todo cuanto
tengo ya lo dije. Han llegado los días del silencio y no hay nada más
por decir que desear que seas Feliz.