Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


jueves, 31 de marzo de 2011

La despedida del Mar


    " Por la blanda arena que lame el mar...su pequeña huella no vuelve mas...un sendero solo de pena y silencio llego hasta el agua profunda (...) la canción que canta en el fondo oscuro del mar (...) la caracola (...) te vas alfonsina dormida vestida de mar
   
 (pedazo de una vieja canción de trova)

      

     A llegado la hora de partir a casa y pareciera que no fuera así. Y es que a pesar de todo, mi corazón entiende que  parte de él se que queda sobre la ligera  brisa  de este  apacible puerto costero. Y de seguro en estos momentos  mi alma me roba algunas sonrisas nostálgicas que  sobre  los buenos días ileños viví.

 A llegado la esperada y ahora triste  partida   y dejo sobre las apacibles y  perpendiculares callecitas ileñas el recuerdo de saber que en ellas a veces no se sabe si vienes o vas. Y es que estas se entrecruzan entre si de una manera singular y sobre las mismas  es posible aún pasar frente a la tertulia de  un  grupo de viejos hombres de mar  y ver en sus ojos la añoranza por la dura faena de pesca, que tantos recuerdos  dejaron en sus días  de mar y de seguro las aventuras de los ya lejanos días de viaje  por los aguas de San Pedro pescador.

Dejo un poco más allá la plaza principal de la ciudad que  se  eleva imponente sobre la vista del casi siempre apacible mar. En aquella plaza queda aun resguardada con recelo por los ileños la antigua iglesia de la ciudad. Iglesia que a diferencia de las demás no fue construida sino ensamblada sobre los cimientos salados de la ciudad.

Aquella iglesia es la unión de piezas contra placadas (al estilo americano) y  es esta una singular particularidad de este bello puerto. La iglesia es bella sobre todo en fiestas de navidad. Pues sus luces llenan de alegría los días de pesca y de profundo orgullo a los laboriosos  ileños.

Es grato saber que  aún se reúnen -como  antaño- la gente porteña y los residentes foráneos a conversar, y en especial a disfrutar de un buen trago de coñac ileño. Dulce licor que no se puede dejar de disfrutar, aunque al final, corramos el riesgo de tener una sublime y bendita resaca.


Un poco más allá y sobre el simple caminar de la pequeña ciudad se poza a lo largo del mar, el Malecón costero, del cual disfrute una y otra vez. Robándome el placer de la  brisa marina y regocijándome entre   el arrullo de las olas que entonan su canto cuando rompen una y otra vez sobre el viejo muelle fiscal. 

Dejo sobre la arena de Pozo de lisas el recuerdo de días de playa, en donde basta con estar dispuesto a disfrutar del sol, que nos regala su cielo azul, para vivir el momento más relajante de la vida ileña. 

Aún recuerdo que un día casi deje mi vida sobre la brava mar, pero quiso Dios que no se apagara la luz de mis ojos en aquel día. Pues seguramente el bravo mar comprendía  no era mi tiempo.

 Imposible olvidar las tardes de Puerto Ingles (lugar en donde algunos dicen el almirante Grau escondía el “Huascar” para descansar en tiempos de guerra del pacifico).  Aquel puerto es particularmente helado, pero sus aguas relajan como ninguna y es imposible evitar la osadía de lanzarse sobre una de las tablas de clavados que aquel puerto de piratas nos regala.

Disfrute recorriendo los aún llamados jirones Abtao, Callao, Zepita y Pichincha o la pequeña callecita Grau, que une el camino de ciudad nueva al puerto.

Me voy con la sensación de haber dejado pocos amigos, pero si los mejores amigos que la vida te puede brindar. Como olvidar el cotorreo con mis grandes amigos de trabajo, como  Don Felix Contreras (popi) famoso “don juan”  y gallero de pura cepa, con quien disfrute de grandes anécdotas y reí incansablemente con cada uno de ellos. Valore el amor que brinda doña Maritza Perea para con los suyos y me regocije de sus recuerdos. Sobre todo el de  saber, tiempo después,  que es y fue una de las mujeres más bellas de este puerto de sirenas. Disfrute de ir de pesca con mi amigo Martin Lea, antaño mataperrero del puerto y hoy un gran hombre de familia.

Dejo también el recuerdo de las noches de mataperradas con mi amigo Ruben Eli Quispetira. Cómplice de resacas y días de playa. A quien le agradezco el haber podido  conocer a grandes amigas como doña leenni rodriguez y la chinita de los ojos y por supuesto también, y lamentablemente, al hombre hecho de bilis "rotherick"(mentira amigo).

Además, el trabajo  me deja grandes amigos contadores como Cristhina Laura y el gran  Frank Carpio a quienes agradezco las palabras de aliento que me supieron dar.

Recuerdos de Ilo llevare de seguro por siempre en mi corazón, pero uno en particular añorare con profunda melancolía. Y es que este pujante puerto me regalo cada día la mejor de las vistas. Y es  que no se puede olvidar que desde la antigua  ventana de mi cuarto  pude despertar  cada  mañana viendo el mar pixelado de multicolores,  compuestos de gaviotas, lobos de mar y los infaltables barcos y chalanas, y de noche ir a dormir no sin antes oír a los barcos llegar y ver la ciudad entera llena de luces sin par. Y el reventar de las olas que me anunciaban, que aquella noche era uno de luna llena digna de observar.

La despedida es triste e insípida este día, seguramente. Pero he comprendido de verdad que el mundo es maravilloso, y  sería mezquino pretender vivir por siempre en un solo lugar, cuando el mundo te espera y ofrece cada día una nueva aventura. Ahora partiré a Tacna y muy pronto una nueva ciudad me esperara. 

Por aquellos buenos recuerdos y por los eternos amigos. No me queda nada más que agradecerte puerto de Ilo. Por los recuerdos que me permites llevar y los anécdotas que seguramente algún día a mis nietos he de contar.







viernes, 4 de marzo de 2011

La Defensa de Prado y la infausta historia del "Califa"

Es la vida del hombre realmente una vida de pasiones y si alguna pasión me sostiene de pie, es sin lugar a dudas aquella que se refiere a las causas, sucesos y consecuencias  de la Guerra acaecida entre los estados de  Perú, Bolivia y Chile (también conocida como guerra del Pacifico o con menor acierto Guerra del Guano y el Salitre).
Lo cierto es que mucho hay por decir sobre esta infausta guerra y seguramente mucho por discutir.
La historia de esta epopeya es pues la historia vista desde tres frentes distintos. Aunque suelen decir: “que la historia la escriben los vencedores” lo mas correcto seria  “que tanto peruanos como bolivianos, tenemos posiciones que sentar y defender, frente a las barbaridades y falacias sostenidas por nuestros ahora vecinos del sur”.
Peculiar y distintos son  en verdad los datos históricos que sobre esta desigual guerra existen. Pero hay también mitos históricos o errores pedagógicos que aún se sostienen en nuestros libros y aulas escolares, y que son necesarios aclarar, por el bien de la historia del Perú.
Vi con desenfado alguna vez, el documental chileno “Epopeya”. Documental que asegura: muestra la guerra desde los tres horizontes y que tiene como principal argumento ser el documental de mayor neutralidad que se haya realizado.
Pero vi con mayor desenfado que entre las opiniones recogidas (de los entrevistados de a pie) de los tres países antes beligerantes, que somos  los peruanos los que mostramos  mayor desconocimiento y sobre todo mayor incidencia en conocimientos errados, frente a nuestros pares bolivianos y chilenos.
Y esto se debe primero a que no existe la suficiente instrucción en las aulas peruanas y sobre todo a que los libros escolares y  docentes peruanos mantienen aún entre sus conocimientos, datos errados y alejados de la realidad (errores cometidos por los textos escolares de circulación nacional).
Como prueba de ello, es que aún creemos como ciertos algunos datos históricos que en realidad no lo son;  y que se encuentran lejos de los datos históricos vertidos por nuestros historiadores.
Seguramente muchos de nosotros, habremos escuchado de nuestros maestros datos históricos de esta guerra, como por ejemplo: El arrojo de el valeroso héroe Alfonso Ugarte en el morro de Arica (héroe,  no por un arrojo mítico, sino por los hechos que mostró en su corta vida), de que el “brujo de los andes” tiene como nombre de pila el de Andrés Avelino (cuando en realidad se llamaba Andrés Alfredo) o el más común de los datos enseñados: La fuga del presidente Mariano Ignacio Prado y de cómo se convirtió en el mayor traidor de la Patria.
Entonces, dados estos ejemplos. Será tarea de este blog, corregir algunos errores pedagógicos de nuestra curricula escolar. Teniendo como punto de partida la supuesta fuga de Prado y luego analizaremos otros errores generales. Errores o mitos  que se mantienen  aún como ciertos, para el común de los estudiantes y ciudadanos peruanos.  
Quise, comenzar  esta serie de artículos, con el caso del ex presidente Mariano Ignacio Prado Ochoa por ser quizás, este el personaje más odiado por el común de los peruanos. “Después de todo se fugo del País. Robándose todo el dinero del erario nacional y abandonando el país en plena guerra”. A referencia de esto, hace algunos meses se publico en el histórico y correcto  Diario “El comercio” una noticia que causo revuelo: El presidente Prado no se fugo del País y no traiciono a la Patria.
 Aquella noticia fue vendida como un descubrimiento iconico y muchos peruanos pensaron que en efecto así fue. Lo cierto es que de los datos que verteremos y que se recogen datos básicamente  históricos pretenden demostrar que nunca hubo duda acerca de la inocencia de Prado y que esto no fue nada más que un penoso  mito y  una falacia dolorosa para el nombre de Prado y su familia.
Dejo entonces con ustedes:
La defensa de Mariano Ignacio Prado Ochoa (1)
Declarada la guerra al Perú, un 05 de abril de 1879. El presidente Prado asume el mando de las fuerzas armadas,  de manera inmediata, en su calidad de jefe supremo del Perú.
Siendo como él decía: “su mayor esfuerzo, el de proveer lo necesario para sus fuerzas y lo que sus buenos generales, en quien confiaba, pidieran”. El presidente Prado a pesar de sufrir de dolencias conocidas por el dominio público y de sobre todo de un dolor en la pierna que le impedía montar. Se dirigió al Sur, a fin de implementar y dotar de defensas a las bases terrestres.
Coloco su punto de trabajo en Arica y desde ahí dirigió y asumió cuanta necesidad hubiera. Tanto en armamento, municiones, dinero, vestimenta, suministros, reparación de trenes, caminos, telégrafos y otros. (2)
Era en realidad tal situación muy difícil, debido al precario crédito que el país mantenía  y a la penuria fiscal existente. Situación a la que se llego en base a “un sueño dorado de riqueza” que provoco la venta de guano y salitre y que en realidad no fue lo que muchos pensaron, sino muy por lo demás alejada de tal afirmación. Y  que los gobiernos anteriores terminaron  creyéndolo y gastando más de lo que realmente se tenía.
Acaecido las penosas derrotas de Pisagua y San Francisco, el presidente Prado retorna a lima de manera inesperada, debido a como el sostiene en uno de sus manifiesto: “(…) a la necesidad que de él, se tenía en Lima. Esto por  el mal estado de salud del vicepresidente la Puerta (a cargo del gobierno en ausencia de prado de la capital) hecho que ante un inesperado deceso, podría producir un inoportuno conflicto en la capital  y un posible desorden político (…)” Nicolás de Piérola ponía en riesgo la gobernabilidad del estado y daba una vez más muestras de apoderarse del sillón presidencial.
Prado arriba a lima, enfrentando de primera línea la necesidad de conformar un nuevo gabinete, debido a las duras críticas recibidas por la prensa de Lima. En especial las del diario “El Comercio”.
Frente a dichas criticas y estando a las presiones del pueblo acerca de las intenciones del  “Califa”. Prado le ofrece a este, la presidencia del gabinete y la libertad de llamar a los que el vea conveniente, proposición  que Piérola rechaza de manera tajante (quería ser presidente a como dé lugar, aún en plena guerra), sugiriendo incluso la necesidad de imponer una dictadura.
Acaecida ya para esa época, la perdida de la Independencia y el monitor “Huascar”  junto a su glorioso almirante Grau. El Perú se encontraba indefenso marítimamente y producidas las derrotas terrestres, se dio por inminente y primordial  necesidad,  la de recuperar la fuerza marítima desaparecida.
Debemos señalar que en su momento  el congreso designo una partida presupuestal (previa a la guerra) con el fin de renovar la flota naval (visto los indicios de armamentismo del estado chileno y los riesgos de guerra que ya circulaban entre los politicos). Presupuesto que finalmente,  tuvo que ser utilizado para detener una  guerra civil iniciada por  Nicolás de Piérola. Acción  que se planeo desde la ciudad chilena  de Valparaiso (lugar en donde residía el califa) y que mucho historiadores consideran fueron costeados por capitales chilenos. Así fue como  Piérola nos quito la oportunidad de renovar nuestra flota naval.
Ante ello y producida la perdida de nuestra flota naval. las negociaciones de adquisición de dos blindados se llevaban de manera primordial en Europa y Estados Unidos. Aquellas negociaciones no avizoraban  resultados positivos y más mostraban inicios de conflicto entre los diversos negociadores, destinados por el Perú, para dicho fin. (3)
Existieron entonces entre  las posibilidades de compra la adquisición  del Acorazado Turco “Telhiz Bolena” y el Blindado Americano “Steven Battery” blindado que a decir del Cap. Astete era de un poderío naval ideal para las necesidades del Perú. Aunque en el camino, otras versiones señalaban que este era inservible para las necesidades del mismo. 

Pese a las diversas Negociaciones, estas no dieron fruto por temas de rivalidad entre los mismos comisionados y por parte de maniobras hechas por la inteligencia chilena.
Surgidos todos estos impases y estando los mismos a conocimiento del presidente Prado, este una vez mas y en muestra de su gran preocupación por el correcto equipamiento de la defensa del Perú (ansias que se denotan en la cantidad de cartas enviadas a los altos mandos del sur)  toma la determinación de viajar en persona a Europa y los Estados Unidos a negociar dichas adquisiciones.
La razón de ello, se fundamente que estando la necesidad (inmediata) de adquirir naves de defensa marítima y habiéndose dado los inconvenientes antes narrados.  Prado pensó que  en virtud de  los altos mandos que él representada y en su calidad de presidente del Perú, podría dar por terminada con las rivalidades de los negociadores y sobre todo con los extensos papeleos que a través de estos se demandaban. Pensó el, que su palabra como presidente del Perú  lograría convencer a los ofertantes de vender aquellas naves  en el menor tiempo posible y con el menor perjuicio, para la guerra que en el país se desarrollaba.Convencido de lo señalado, logra que su gabinete apruebe dicha decisión.
Es así como el congreso autoriza el viaje de prado el 18 de diciembre de 1879, siendo refrendado dicho decreto por el mismo presidente Prado y sus ministros la Cotera, Elguera, Quiroga y Quimper.

Dichas decisiones y la aprobación de la misma fue realizada en extrema reserva a pedido del mismo presidente Prado y su comisión. Por considerar de riesgo la publicidad de esta, por el peligro a ser capturada la comisión  en pleno viaje (por parte de fuerzas chilenas)  y por el peligro de oposiciones políticas que pusieran en demora tal decisión por largas discusiones (nuevamente Piérola era el principal escollo).
Fue así que  el presidente Prado, parte a borde del vapor Ingles “Paita”. Teniendo como únicos acompañantes de viaje a sus ayudantes José Gálvez, Jorge Tezanos Pinto y Celso Zuleta.
Solo dos días después de aquella “necesaria” partida (4). El “Califa” Piérola asume el poder. Derrocando al vicepresidente la Puerta y asumiendo el mando el 22 de diciembre. Declarándose a el presidente Prado “traidor”. Privándolo de sus derechos ciudadanos, degradándolo de su mando militar y dejando en suspenso su juzgamiento por el estado peruano (a través de un decreto de fecha 03 de junio de 1880).
De esta manera los buenos deseos de Prado, culminaron sin haber empezado y tuvo que quedarse fuera del Perú hasta 1887. Fecha en que regreso y vista las acciones que se pretendían en su contra vuelve a salir del país. Muriendo finalmente en Paris- Francia en 1901.
Del dinero y de la traición se hablo mucho por esos días. Se manejo este tema intensamente por la sociedad limeña, en su mayoría por partidarios Pierolistas y en especial por el diario “La Patria” (diario Pierolista). El diario “el comercio” fue censurado y cerrado por el presidente golpista (prueba de la dictadura de Pierola, ahora llamado demócrata)
De todo esto es necesario señalar que tal como dijo Prado en su “manifiesto a los Peruanos desde Nueva York”. Si él hubiera querido fugar del Perú no lo hubiera hecho dejando a su familia en él y más aún dejando a un hijo en esa infausta guerra como fue el héroe nacional  Leoncio Prado (quien limpio el honor de su padre hasta con la muerte).
Si de miedo se trataba, señala: “que nunca se le cruzo por la cabeza que el ejército chileno tomara Lima”. Puesto que a la fecha de su viaje la guerra recién se tornaba en contra del Perú y aun quedaba mucho por pelear en el sur.
Del dinero que se llevo, señalo: “que solo llevo el que se aprobó por la comisión y que consistía en su bolsa de viaje como presidente del Perú y la de sus ayudantes.
Dato que se corrobora con el informe entregado por la comisión encargada de investigar los posibles desfalcos monetarios de Prado, presidida por Joaquín Torrico. Quien en fecha 30 de junio de 1884 determino que Prado solo recibió la cantidad de 3,000.00 libras. Monto que correspondía a lo ajustado por Prado.
Además de acuerdo a la época, el transporte de papel moneda había sido sustituido ya por la aparición de los bonos y cheques bancarios, hecho que permitía el no traslado de grandes sumas de dinero.
Los datos aquí vertidos son reconocidos como ciertos por historiadores como: don Jorge Basadre Grohmann y Ruben Vargas Ugarte. Quienes mencionan estos hechos y quienes aseguran que todo ello fue probado por las comisiones formadas por el congreso de la república de la época, para investigar la posible traición  de el ex presidente Mariano Ignacio Prado Ochoa.
Entonces ¿quién robo y traiciono al país? El verdadero traidor de esta patria se llama Nicolas de Pierola y es él quien debería ser juzgado por la historia del Perú. Por levantarse hasta en dos oportunidades en guerra civiles contra gobiernos democráticos, por venderse a los intereses chilenos, por abandonar el Sur y retirar el esperado ejercito de Leyva (Pierolista) de la guerra, por imponer sus inutiles hombres de confianza en el mando del ejército peruano, por dejar a su suerte el sur y luego lima, por menospreciar a Grau, por dividir el país en plena guerra y establecer un gobierno de facto.
Por ello y mas, Piérola debería ser declarado el mayor traidor de la Patria y el mayor “hijo de Puta” de todos los peruanos.
La diferencia es que Piérola tuvo la oportunidad de hacer olvidar a los peruanos, los actos de su traición. Como todo en el Perú los crímenes son capaces de ser olvidados por la sociedad. Pero también es cierto que prado dejo pruebas en la historia de su inocencia y es ella quien ahora lo deja libre de todo crimen.
Por ello podremos juzgar a prado por sus errores políticos, pero no por traición. Suerte que nunca podrá correr el desdichado de Piérola.

            (1)Podrán encontrar esta defensa en wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Discusi%C3%B3n:Mariano_Ignacio_Prado_Ochoa
(2)    
Est              (2)      los datos son narrados por Andrés Alfredo Cáceres Dorregaray en sus memorias editadas inicialmente en Alemania y posteriormente por la                                                                                                                                                                                                                                            editorial milla Batres en Perú.
(3)   Habiéndose comisionado para ello a los señores Canevaro y Rosas. Teniendo además potestad para lo mismo los embajadores de Paris y Londres. Así como diversos marinos expertos, entre ellos El Capitán de Fragata Luis German Astete.
(4)   Muchos historiadores juzgan de equivocada aquella decisión. Pero por equivocada que fuera, se encontraba lejos de la palabra “traición” y más cercana a la palabra “grave error”.