Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


jueves, 20 de enero de 2011

Y llamaron a la puerta (...) en los días del aburrimiento.


"No hay nada por que celebrar, ni porque escribir. Los días del silencio cedieron sus dominios y hoy gobiernan los días del aburrimiento. Mientras tanto me siento inerte frente a este monitor que ni siquiera es capaz de reflejar la monotonía de mi alma y solo me trae noticias que ya en nada me exaltan (...)mientras ello ocurre, mi madre santa cuida mis pazos. Guardando mis sueños y corazón  para los días de luz."



(...) y entonces dos pequeños golpes retumbaron mi inquietante descanso y  todo hacia parecer que aquellos latigazos que golpeaban el  cálido silencio. Provenían de un misterioso llamado  a la puerta.  

Fue realmente inusual, que aquella vieja puerta: contraplacada con los maderos del triste bosque,  golpeada por el tiempo y rasgada por los actos del hombre reciba un llamado en los tiempos del silencio.

Fue Entonces que  pensé en  el  error. Que todo no era mas que un golpe perdido en el pequeño espacio. Que no era concebible que llamaran a mi puerta. Si al fin y al cabo nadie llama en mi  olvidado y viejo umbral,  desde hace mucho. 


Mi somnolienta mente se pregunto entonces: ¿quien sera? ¿quien llamara a mi casa en estos días?

Me pareció penoso en verdad, que el acto mas común del mundo. Como es el que llamen a tu puerta. Sea en mis días del silencio, lo mas  ajeno a mi rudimentaria y arenosa realidad. 

El día cedía entonces en aquel preciso instante, su  tiempo a la insípida y puntual noche.   Nuevamente el golpe de la puerta me anuncio que a mi rezagada vida alguien llamaba.  Y era entonces, que comprendí que todo ello  no había sido un simple desvarió  del  común e insípido vacio. 

Me convencí entonces que aquel llamado era cierto. Que a mi puerta algún hijo de Zeus llamaba por fin, que la condenada al olvido era por fin tocada. Desperté por la curiosidad de aquel suceso- hasta ese momento- tan alejado de la realidad y de lo común. ¿Quien llama? Si no tengo  en estos días del aburrimiento, gato que me ladre.  Y es que en este mundo de alfonsina, ya la niña no regresara jamas del mar.

Decidí dar respuesta entonces, al llamado de mi puerta y destruir por fin tan agrio e inquietante suceso. Pero lógicamente sucedió lo que pensaba.  Nadie -me- llamaba (...) 

La puerta, que en verdad buscaban  era la de al lado. Así que una vez solo quedo dar fin  a la esperanza del ruido inesperado del amigo que visita  y comprender que a mi puerta: Nadie llama. 

Que ya no suena aquella vieja canción que dice: a que haz venido verbenita, quien te ha llamado (...) verbenita. 

Llamaron a la puerta entonces y en este verano solitario que endulza con su brisa el aroma de los días del aburrimiento, todo volvió a su realidad. 

Doble la mirada (como es común en estos días del silencio) a la imagen adorada de mi virgencita de las Peñas (mi dulce compañía). Y susurre muy dentro, en aquel  vacío gris, que me consuela agriamente: Que no había de que preocuparse. Que estaba acostumbrado. Que se aprende a vivir con la soledad y que ya esta no me lastima ni daña. Que me acostumbre a ella y  ella a mi. Así que no había nada  que  reprochar y mucho menos que lamentar. 

Volví los pazos  hacia el mundo de la soledad y  poco a poco deje que esta  cediera sus dominios a los del aburrimiento. Fue así como una vez llamaron a mi puerta falsamente: ¡como siempre! Al igual que como todo, en estos días del fin del mundo. Nadie llama en los días del silencio.

Hoy tocaron a mi puerta y no era para mi. 



nota: las imágenes fueron extraídas de Internet y pertenecen a sus autores.



martes, 11 de enero de 2011

Los días de los Romanos

Los días de los Romanos

Fueron los romanos quienes establecieron que el año estaba compuesto por 365 días y sin embargo a mi me parece que solo tuviera uno.

Los astrólogos primero y luego los astrónomos establecieron que la tierra rota alrededor de su eje en un tiempo de 24 horas a fin de cumplir un día. Sin embargo y a pesar de ello, a mí me parece que solo está compuesto  por breves  segundos. 

Y es que todo me hace parecer que  el mundo se extravio en un momento del tiempo y espacio de mi vida. Provocando que este solo tengo un día al año. Día que de manera seglar se va repitiendo segundo a segundo   y se convierte en el espacio  más diminuto del calendario de mi vida. 

Me pregunto ¿quien se robo  los otros 364 días del año? y ¿donde se escondieron las demás horas de mis  días?

Quizás, fueron los romanos quienes se equivocaron con el tiempo. Tal y como lo hicieron con el primero de enero. Se dice que de manera arbitraria en el año 153 a.C el senado romano declaro el 1 de enero como el comienzo del año nuevo. Finalmente Julio Cesar creo el calendario Juliano en 46 a.C. estableciendo una vez más el primero de enero como el día de año nuevo. 

Lo cierto es que los romanos se equivocaron y dejaron de lado el verdadero día de año nuevo. Establecido hace 4000 años por los babilonios, quienes fijaron  el primer día del año en la primera luna creciente (la primera luna nueva) fecha que coincidía con el sembrado de nuevas cosechas y el florecimientos de nuevas plantas.

Sera entonces ¿que los romanos se equivocaron? e hicieron que en un momento del infinito espacio, el reloj de mi vida comprendiera que el año solo tiene un día.

Sera que los romanos agregaron eso otros 364 días del año y que es por aquello que no los encuentro aún. Si al fin y al cabo juliano ordeno que el año tenga 445 días y después el tiempo también se los robo. ¿Sera que a mi me paso lo mismo? No lo creo, parece que esta vez soy yo quien extravió el tiempo.

Me pregunto ¿quien detuvo la rotación de mi mundo? ¿Quién está jugando con el sol y la luna? ¿Quién juega a las escondidas con mis segundos? Se dice que los dioses del Olimpo tenían la capacidad de detener el tiempo de los mortales y hacer que este repita una y otra vez el mismo tiempo. ¿Serán entonces los hijos de Zeus quienes provocan todo esto?

Sera cierto ¿que este día que vivo es el soporífero de los demás? Seguramente en algún momento de mis sueños, extravié los demás, que me faltan de ella. ¿Entonces deberé dejar de dormir para tratar de recuperar el tiempo perdido? o ¿bastara tan solo con comenzar a soñar despierto?

Seguramente los romanos se equivocaron con señalar el año nuevo, pero estoy seguro que fui yo quien extravió los otros 364 días que establecieron los hijos del Cesar. Sera mejor que me acomode a los babilonios y comience a sembrar con la luna nueva y que busque en aquel día el florecimiento de los otros días y horas que perdí.

Viviré entonces los días de los romanos y sembrare con los babilonios. Mientras tanto empezare a soñar despierto mientras ustedes duermen y cosechare mientras ustedes siembran.