Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


jueves, 19 de junio de 2014

¿COMO ENFRENTAR UNA AUDITORIA? Mirando el Camino. De Esopo y de los contribuyentes peruanos



Por: Juan Carlos Cuya Velarde

I.- Introducción:

A veces las historias de fabulas [1] y cuentos no se quedan en el tiempo, sino que se repiten una y otra vez en el mundo real; sin importar la época o el siglo en que vivamos.

La fábula de Esopo[2] que evoca la historia de “La lecherita”, es una de aquellas que aún se encuentra vigente y sobre la cual no escapa ni el ámbito tributario.

Y es que aquella “lecherita” que caminaba hacia su casa para hacer mantequilla y luego llevarla al pueblo a venderla, iba soñando e imaginando a partir de ello, cada vez, más y más cosas. Aquella fabula se refleja hoy en día en la gran mayoría de empresarios peruanos, que ponen un peso sobre sus cabezas y a partir de él, van formando sueños sin poner atención en el camino de deberán recorrer hasta llegar al sueño final. Ese camino representa -en esta fábula- a las normas tributarias, que deberán recorrerse tanto para ir a casa como para ir al mercado.

Esta historia es así y se puede demostrar, señalando que la pregunta que encierra el título del presente trabajo  ¿Cómo enfrentar una auditoria? Quizás sea, la primera y la última pregunta que se auto-realiza el empresario peruano al momento de emprender un negocio.

Hay quienes solicitan asesoramiento profesional al momento de iniciar un negocio y buscan obtener el asesoramiento legal y financiero por el cual puedan formar un plan tributario y financiero del futuro de su inversión, y hay quienes únicamente “al igual que la lecherita” van pensando únicamente en la rentabilidad que obtendrán al final del camino, sin detenerse siquiera a ver el camino que deberán recorrer. Camino que muchas veces presentara más de un proceso de fiscalización a su empresa.  

Para tener un aproximado de ¿cuantos están en el primer supuesto y cuantos en el lugar de la lecherita? podemos empezar preguntándonos ¿cuántas personas se encuentran inscritas en los registros de la administración tributaria peruana?

De acuerdo al último registro reportado por SUNAT al mes de agosto del presenta año, el padrón tributario de SUNAT cuenta con 6,510.706[3] personas inscritas. De las cuales 557,946.00 han informado que realizaran actividad empresarial, por lo que el universo empresarial, se reduce importantemente al 8.57% del universo total. Sin embargo una cifra que nos ayudara a encontrar una respuesta tentativa a nuestro interrogante inicial, es aquella que nos indica que de esos 557, 946 contribuyentes, solo el 2.45% (13.679) de ellos es considerado por la administración tributaria como principales contribuyentes. Es decir de contribuyentes que ya no ven un jarrón de leche para vender, sino que son dueños de la vaca.

Quizás esta proyección, no sea la más segura o exacta a fin de determinar ¿cuántos personas realizan un análisis previo al momento de invertir su dinero? Y por lo tanto se encuentran preparadas para enfrentar una auditoria tributaria con éxito, sin embargo, lo cierto es que nadie puede dudar que ese 2.45%, es lo más cercano al porcentaje de aquellos que no van soñando por el camino, sino que “van mirando el camino”.

Entonces, debemos partir de la premisa de que del 100% de peruanos que se inscribió ante la administración tributaria “para realizar actividad empresarial”,  quizá solo el 2.45%, se preguntó -al inicio de su negocio- como podrían enfrentar una auditoria.  Y considerando que el padrón de medianos, no cuenta con una estadística al día de hoy, presumiremos que este triplica el de los PRICOS, por lo que este podría encontrarse en un 7.35%. Lo que nos hace presumir que, el 90.2 %[4] de empresarios peruanos, rehúye a la pregunta ¿cómo enfrentar una auditoria? Y deja aquella interrogante, para el día que llegue y mientras tanto, y seguramente, preferirá pensar que aquel día, nunca llegara.

Lo cierto es que el presente “artículo o fabula”, está dirigido a ese 90.2% del sector empresarial que ha dejado de lado la pregunta ¿Cómo enfrentar una auditoria? y solo se ha dedica a soñar y soñar cada vez más, lo que no está mal. Pero que a partir de la fábula de Esopo, nos deja una lección.

Es entonces objetivo de estas cortas páginas, señalar el camino que a veces nos negamos a mirar. Y resaltar en él, los pasos sobre los cuales nos debemos detener, considerando los letreros y señales que se nos presentarán. Todo ello dentro de lo establecido en el  D.S. 133-2013-EF del Texto Único Ordenado del Código Tributario Peruano[5] a la verdad del cuento, “el camino principal”.

II.- Conceptos Generales.-

La pregunta ¿Cómo enfrentar una auditoria? Implica en primera instancia la tarea de ubicarnos dentro del concepto “auditoria”, el cual no es abordado por nuestro Código Tributario actual, sino únicamente de manera referencial, y desplazado por el término “fiscalización”.

De acuerdo a los conceptos que sobre “auditoria” existen, esta se puede definir como un  “Proceso sistemático de obtener y analizar objetivamente la evidencia acerca de las afirmaciones relacionadas con actos o acontecimientos económicos, a fin de evaluar tales declaraciones a la luz de criterios establecidos y comunicar el resultado a las partes interesadas[6]”.

Encontramos también conceptos que definen a la auditoria como “un examen crítico que se realiza con el fin de evaluar la eficiencia y eficacia de una organización, como una revisión metódica, periódica e intelectual de los registros, tareas y resultados de la empresa, con el fin de diagnosticar el comportamiento global en el desarrollo de sus actividades y operaciones.” La cual se puede clasificar en[7] Auditoría financiera (contable), Administrativa, operacional e integral. 

Este concepto debe entonces, contrastarse con el concepto de fiscalización que predomina en nuestro ordenamiento tributario. El cual no otorga un concepto al respecto, reduciéndose tal concepto a lo señalado en el artículo 62° del Código Tributario el cual señala, “La facultad de fiscalización de la Administración Tributaria se ejerce en forma discrecional, de acuerdo a lo establecido en el último párrafo de la Norma IV del Título Preliminar. El ejercicio de la función fiscalizadora incluye la inspección, investigación y el control del cumplimiento de obligaciones tributarias, incluso de aquellos sujetos que gocen de inafectación, exoneración o beneficios tributarios (…)”. Otorgándole  para tal efecto, diversas facultades a la Administración Tributaria, entre las que esta las de, exigir los libros contables, documentación relacionado con hechos susceptibles de generar obligaciones tributarias, documentos y correspondencia comercial, soportes magnéticos, información a terceros, entre otros.

Dicho lo antes señalado, y de la evaluación de ambos conceptos,  podemos determinar, que si bien existe un acercamiento entre el término “auditoria” y “fiscalización” existe también, una frontera marcada entre ambos; en el sentido que el proceso de auditoría es realizado dentro de un marco de procedimientos, que  buscan realizar una autocrítica de la actividad de la empresa (ya sea contable, financiera, administrativa o integral) con el objeto de mejorar los procedimientos establecidos dentro de la empresa, concluyendo con las recomendaciones para con ellos.
Hecho que se aleja respecto del concepto de fiscalización, por el cual no solo se busca realizar una autocrítica del estado contable o financiero de la empresa, sino que además incluye control del cumplimiento de las obligaciones, de la cual no solo recaerá una recomendación, sino además una determinación de los errores encontrados y en muchos casos una sanción respecto de ellos. Por lo que la función de fiscalización no contendrá solo una recomendación, sino más que ello, una determinación.

Por lo que debe pensar de inmediato, que ser fiscalizado implica una revisión exhaustiva de sus procedimientos, aquellos que usted debió cumplir, seguir, registrar y llevar de acuerdo a las necesidades de su empresa; pero sobre todo, de acuerdo a las normas de I.G.V e impuesto a la renta, que regulan la gran mayoría de sus operaciones.

III.- Del camino establecido por las normas tributarias.-
A raíz de lo señalado por la norma IV y XVI[8] del título preliminar del Código Tributario, es importante resaltar que esta facultad discrecional otorgada a la administración tributaria, es tan comparable como la facultad que tiene usted sobre su empresa. Es decir si usted es capaz de decidir las acciones que tomara su empresa, para el bien de ella y de sus integrantes (ya sean accionistas, trabajadores, acreedores y demás); la administración tributaria tiene la misma facultad respecto a todas las empresas, para definir el bien de la sociedad que las contiene. Por lo que debe comprender que si usted tiene el poder de decisión respecto a cada acto de su empresa, la administración tiene el poder de discreción respecto de ellos.

Entonces, debemos entender que cada decisión de su empresa se realizara dentro de un marco legal establecido, como son el Código tributario peruano -para la generalidad de las personas con actividad empresarial- y la ley general de sociedad -para las personas jurídicas.
Estas se constituirán en el marco general –camino-  inicial de nuestros acciones como empresa, siendo este el punto de partida de todo acción empresarial formal (en el caso informal, el punto de partida es cualquier otro) y al cual usted debe estar atento.

Visto lo señalado, no resulta paradójico que ese 90.2% del que hablábamos al principio, se nutra primero de conocimiento respecto del negocio propiamente dicho: ¿de cuánto invertirá? ¿Cuánto ganara? ¿Cuánto podría perder? ¿Quién es su competidor? O hasta ¿Cuánto será su sueldo?[9] Pero sin embargo no se pregunte ¿Con qué impuestos este gravada su actividad? ¿Qué costos laborales implicara? ¿Qué régimen es más conveniente para su actividad? Y por supuesto, ¿Cuáles son las reglas del juego? La historia es por entonces, demás conocida.

Sobre esa realidad, llega entonces a tallar la norma XVI del título preliminar del código tributario. Sobre aquellos que solo pensaron en obtener una ganancia económica e ignoraron todos los demás pasos de lo que significa hacer negocios en el Perú. Es sobre este porcentaje de personas, en donde la administración termina determinando la real naturaleza de su negocio y de los actos en los que estos incurren.  Es aquí donde usualmente el “jarrón de leche” se rompe, donde los sueños se caen sobre el camino y empieza a verse una realidad distinta, la que no quisimos ver al comienzo.  Aquel camino que no  solo nos permite llegar a un fin, sino que nos señalar que para llegar a ese fin, hay que saber llegar. Dado que entre el camino deberá observar, que no solo basta con llevar un sueño, sino hacerlo realidad. Realidad que no solo nos obliga a soñar, sino también a prever. No olvidando que en aquel camino, está la sociedad y dentro de ella la labor de la administración tributaria, quien esta facultada, a inspeccionar, investigar y controlar el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, entre ellas la de llevar libros contables, de comprobantes, de principios de causalidad, razonabilidad, de bancarización, de contribuyentes habidos o no, de costos y gastos, de obligación de determinar, de programas de declaración telemática, y seguramente y mientras el sueño vaya creciendo de NIC’s y NIF’s, de reglamentos y tablas de sanciones.
Lo cierto es que el camino de un negocio no solo implica el soñar con la rentabilidad que pudiéramos obtener a raíz de lo que hagamos, sino que implica conocer el camino que deberemos recorrer para llegar a él. Conocer el camino no solo implica andar sobre el sendero marcado, sino conocer cada parte de él, sus desniveles y sus lugares en donde deberemos detenernos a mirar y tomar la mejor decisión sin salirnos de él.
Es imposible decirle en cinco páginas en qué consiste el camino que deberán realizar, para lograr que sus sueños no se desmoronen en una fiscalización. Lo único cierto es que si vamos mirando a cualquier lado, sin pensar que hay normas y reglas que considerar, seguramente tarde o temprano veremos nuestros sueños caer.
Hacer negocios en el Perú, implica más que comprar, vender, arrendar o servir. Implica adecuar esos hechos a lo establecido por la norma. Buscando el camino correcto, que no ponga en peligro los sueños expuestos en nuestra inversión, que no desconozca el derecho de nuestro colaboradores a un seguro de salud o pensión, y que sobre todo no olvide nuestra obligación de colaborar con el bien social. Si usted quiere invertir en el Perú, empiece por conocer el camino –las reglas- y trace su inversión a partir de ella.
 El camino está señalado, solo hay que detenerse a mirarlo.






[1] Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así!"La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
[2] No está probada su existencia como persona real. Diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento y la descripción de su vida es contradictoria. Hasta la época en que vivió también varía según los autores aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C.  Heráclides Póntico lo menciona como una persona natural de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto de Idmon.
[3] Cifra obtenida del cuadro N° 46 de CONTRIBUYENTES INSCRITOS SEGÚN RÉGIMEN TRIBUTARIO Y CANTIDAD DE AFILIADOS A ESSALUD, 1997-2013 (Miles de contribuyentes). www.sunat.gob.pe 
[4] Las proyecciones y datos aquí señalados, son únicamente con carácter didáctico, por lo que su exactitud escapa de la exactitud y solo se constituyen en proyecciones con carácter analítico.
[5] En adelante Código Tributario.
[6] Código marco de buen gobierno – Confecamaras -AMERICAN ACCOUNTING ASSOCIATION (1973)

·          [7] Auditoría financiera (contable).- La actividad del auditor consiste en revisar la correcta aplicación de los registros contables y operaciones financieras de las empresas.
·          Auditoría administrativa.- Es la revisión sistemática y exhaustiva que se realiza a la actividad administrativa de una empresa, en cuanto a su organización, las relaciones entre sus integrantes y el cumplimiento de las funciones y actividades que regulan sus operaciones.
·          Auditoría operacional.-Es la revisión sistemática y exhaustiva, sistemática y especifica que se realiza a las actividades de una empresa, con el fin de evaluar su existencia, suficiencia, eficacia, eficiencia y el correcto desarrollo de sus operaciones.
·          Auditoría integral.- Es la revisión exhaustiva, sistemática y global que realiza un equipo multidisciplinario de profesionales a todas las actividades y operaciones de una empresa, con el propósito de evaluarla de manera integral, todas sus áreas administrativas.


[8] El último párrafo de la norma IV del Código Tributario  señala: “En los casos en que la Administración Tributaria se encuentra facultada para actuar discrecionalmente optará por la decisión administrativa que considere más conveniente para el interés público, dentro del marco que establece la ley.”  Norma que indudablemente debe analizarse conjuntamente con la norma XVI, que señala que “Para determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible, la SUNAT tomará en cuenta los actos, situaciones y relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan o establezcan los deudores tributarios.
En caso que se detecten supuestos de elusión de normas tributarias, la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria - SUNAT se encuentra facultada para exigir la deuda tributaria o disminuir el importe de los saldos o créditos a favor, pérdidas tributarias, créditos por tributos o eliminar la ventaja tributaria, sin perjuicio de la restitución de los montos que hubieran sido devueltos indebidamente”.

[9] Incluso este conocimiento, es realizado de manera empírico, teniendo como mejor ejemplo aquella fabula de Esopo, donde una mujer se dirigía al mercado con un cántaro de leche.

miércoles, 19 de marzo de 2014

CARTAS A PIÉROLA (SOBRE LA OCUPACIÓN CHILENA DE LIMA.

CARTAS A PIÉROLASOBRE LA OCUPACIÓN CHILENA DE LIMA.


Extraordinario libro llevado a manos de todo apasionado de la Guerra del Pacifico, por  el excelente editor salvadoreño, Carlos Milla Batres[1]. Libro que vio la luz en una primera edición de 1964, y secundada por  la edición del año 1979[2]. Año en el que el Perú recordara, con profundo dolor y aún con la ilusión de resarcir el nombre del país, el centenario de aquellos lamentables días para la historia del Perú Republicano.

En este pequeño libro, prologado por otra gran hombre de la historia peruana, don Rubén Vargas Ugarte. Encontraremos el registro epistolar de las cartas que dirigiera el célebre y recordado hombre de las letras peruanas, Don Ricardo Palma Carrillo[3] .Aquellas cartas, que fueran donadas por los herederos de Piérola al célebre historiador Rubén Vargas Ugarte[4], contienen las continuas y expresivas comunicaciones que dirigiera el “bibliotecario Mendigo” al califa[5], durante la ocupación de Lima por el ejército Chileno hasta el tiempo en que le tocara reconstruir la Biblioteca Nacional, durante el periodo post-guerra. Estas que en total, suman   43 epístolas no solo  muestran a un enfurecido y decepcionado Ricardo Palma, tras los atroces actos que veía sufrir a su adorada ciudad de Lima, sino también, rebela el ímpetu con el que el escritor alienta e incentiva al califa para tomar venganza respecto del ejército invasor y su ilusión de ver al Perú obtener la victoria que la había sido ajena.
Aquellas, a veces largas y otras breves cartas, dirigidas por el escritor Ricardo Palma  permiten al lector, trasladarse por un momento a aquellos penosos días de ocupación limeña. Dado que a través de ellas, no solo Palma narra lo sucedido dentro de la ciudad de Lima, sino que además servían como el bien lo dice, como reporte de los principales hechos acaecidos en la ciudad de Lima, durante aquellos días. Estas, no solo contienen  la descripción  detallada de los vejámenes que sufrían los peruanos a manos de los embriagados, de licor y poder, soldados chilenos; sino que además contienen la síntesis de los últimos acontecimientos políticos que se presentaban en la ciudad de Lima. Abarcaba entre sus temas, el del gobierno de la Magdalena presidido por don Francisco García Calderón, las acciones que el “brujo de los andes” sostenía en la sierra peruana, de la necesidad de que Piérola apoyara la subsistencia de el diario “El canal[6]” que desde Panamá apoyaba la necesidad de la defensa del Perú y más.
Sin embargo, aquellas cartas no solo proporcionan datos interesantes de aquel momento de la historia del Perú; sino que además, permite conocer otro lado desconocido del escritor peruano. Aquel que presenta a don Ricardo Palma, como un hombre dolido en lo más profundo de su ser, por el estado en que se encuentra su amada patria; por la actitud cobarde que el encuentra en los habitantes de este país, al no levantarse en armas contra el ejército invasor y preferir ocultarse en sus casas. Muestra también en efecto, a un Ricardo Palma deseoso de unirse a la guerra al lado del que en todo momento, muestra señas de considerar como  el hombre que el Perú necesita para voltear la página de tan doloroso momento, Piérola. Por medio de estas cartas, don Ricardo Palma manifiesta en todo momento el deseo de ser partícipe de la esperanza de vengar al Perú contra el ejército invasor, pero también evidencia que hay algo que lo detuvo en todo momento y es el hecho de poder dejar a su familia en un estado económico que le permita sobrevivir sin él, en aquellos terribles días. Ni uno ni lo otro se presentó en aquel momento.
A lo largo de estas cartas, Palma se muestra no solo apasionado por la necesidad de venganza, sino también muestra  al  hombre de política, decidido a intervenir en ella si la patria lo demanda  y si Piérola lo concede.
Veremos además, no solo a aquel Palma que arriesgo su vida en cada una de las cartas que envía al califa; sino también a un Palma que al inicio muestra todas sus esperanzas en Piérola y que poco a poco va decepcionándose de aquel hombre que consideraba debía dirigir al Perú en tan inefables momentos. Mientras sus cartas van avanzando en el tiempo, va avanzando también su decepción por el silencio que tras ellas llegaba. Cada pedido y consejo que este daba a Piérola, parecían no tener eco en la mente del “califa” y cada día palma parece tener menos esperanza de un futuro favorable para el Perú.
Aquellas epístolas, transformadas en un libro importantísimo para el estudio de la historia del Perú; no solo contienen material valioso para el estudioso peruano, sino que muestran además el sentir de los peruanos en aquellos días. Días oscuros, que personificados por Palma, desde el encierro de su propio hogar. Nos traslada por un momento, al dolor e impotencia, que aquel capítulo de la historia marco y seguirá marcando en cada uno de los peruanos.
Es en definitiva, esta edición un regalo para el lector y un aporte importantísimo para la historia de nuestro país. Pues no solo contiene datos importantes de la guerra, sino que además muestra en sus cartas finales, el trabajo que implico para palma la reconstrucción de la Biblioteca Nacional; y, más que ello, la admiración que Palma sentía por Piérola. Dado que, a pesar de perder toda esperanza sobre Piérola tras su partida a Francia  al declararse la costosa paz, entre Perú y chile. Palma vuelve a retomar su esperanza en Piérola, acompañándolo en su actividad como presidente del Perú en los años posteriores de la guerra.
Sera seguramente para muchos, difícil ver a Piérola como el hombre que salvaría al Perú. Dado que la historia actual, muestra lo terrible y pernicioso que demostró ser este hombre para con la patria. Sin embargo, el respeto que merece para con nosotros el nombre de don Ricardo Palma, hace que no nos permitamos siquiera cambiar algo que Palma dejo grabado entre sus Cartas.
Espero sinceramente, poder aportar este libro a todos ustedes. Será una tarea difícil, pero que pretendo asumir día con día.
Fénix.






[1] Nacido en el salvador, abandono la carrera de diplomático y su vocación literaria para editar libros. Falleció en el año 2004 y a él debemos agradecer que aún podamos encontrar libros de excelente calidad y aporte para la historia del Perú. En especial la Guerra del Pacifico. Seguramente si este país hubiera visto nacer dos o tres más hombres de la altura y desprendimiento de Milla Batres, hoy la investigación sobre la historia peruana estaría al alcance de todos. Sera entonces este hombre tan peruano como cualquiera.
[2] Libro que pudimos adquirir, no porque nuestras librerías de hoy, estén repletas de estos; sino gracias a aquellos vendedores de libros usados, que si bien no realizan una actividad legal en el país (me refiero al hecho que los venden en lo que se llamaría un mercado informal) no se podría acceder siquiera a uno de ellos.
[3] Segundo apellido obviado de la memoria de los hombres.
[4] Refiere don Carlos Millas Batres, en sus notas de edición que este archivo epistolar fue ofrecido a otros historiadores peruanos, sin que exista en estos, el ánimo de asumir la tarea de darlas a conocer al mundo.
[5] Como llamaban a Piérola. Hombre del que hay mucho por decir, algunos como el suscrito lo enmarcan dentro de lo que se llamaría el peor personaje de la historia peruana y otros lo resaltan, como el padre de la democracia en el Perú. La historia aún no ha terminado de dilucidar todo sobre este hombre, Sin embargo su nombre en la guerra del pacifico será siempre sinónimo de traición y desgracia.
[6] Ricardo Palma reclama y expone en todo momento la importancia de que el país cuente con un diario o siquiera pasquín, que aliente en todo momento el deseo de resarcimiento del pueblo peruano. Llevando entre sus páginas, la esperanza  a los hombres peruanos del sueño de victoria y  venganza sobre el ejército invasor. Reclamo que evidentemente era de importancia, pero que Piérola no supo manejar y mucho menos apoyar.