Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


viernes, 24 de junio de 2011

Carta a mis Hermanos del Ande.


Hermanos y Hermanas del Ande:

Veo con tristeza, los desastres que están causando a su propia tierra. A pesar que antagónicamente, la razón de aquella, sea preservarla. Veo con tristeza, como seres humanos, se agreden entre sí, acabando incluso con la vida de muchos de  ustedes. Leo con pena  las noticias día con día y encuentro en ellos siempre un motivo (bueno o malo) para que declaren el paro de la ciudad, para bloquear carreteras, tomar y destruir  locales de entidades públicas.

A veces pareciera que son productores nacionales de paros y bloqueos y además pésimo ejemplo para otras ciudades: como Huancavelica, Tayacaya, Moquegua y el lamentable Baguazo. En donde tuvieron que apagarse nuevamente la vida de padres e hijos inocentes, bajo el pretexto de que sus protestan sean escuchadas.  Pretexto que culmina con un alto costo humano, que ningún objetivo (cualquiera sea) puede justificar.

Veo además con mayor tristeza la incomprensión del resto del País frente a la constante situación de caos en que viven. Incomprensión que olvida el abandono en el que se encuentran desde  tiempos remotos de la historia republicana del Perú.

La que alguna vez fuera el centro del imperio inca, es ahora una región sumida en el abandono. En donde la pobreza prevalece y en donde solo la minoría disfruta de riquezas incomparables.

Pero les pregunto: ¿si están seguros del camino que deciden tomar cada vez que no están de acuerdo con alguna acción del estado? Es en verdad necesario ¿que se produzca tanta violencia y tanto daño al Perú? 

Hermanos quechuas y aimaras. He tenido el privilegio de conocerlos y vivir entre ustedes. Conozco de la riqueza de sus tierras, de la paz y energía que emanan sus campos. Conozco de la grandeza de su espíritu y del amor que tienen por lo suyo. Valoro  aquel arrojo que demostraron frente a  cualquier afrenta que tuvo este país. Fueron los hijos del ande los primeros que salieron en su defensa. Claro ejemplo de ello son los valientes batallones Zepita o granaderos del cusco. Batallones  conformados por incansables hombres del ande y que bajo la dirección del Brujo de los andes,  guardan aún sus historias en las páginas de oro del Perú.

Es cierto, que no cuentan con buenos  hospitales, escuelas, calles y sobre todo un buen sistema de justicia (del que adolecemos todos los peruanos).  Se que muchas veces el implacable clima les quita sus cosechas, sus animales y hasta sus vidas. Sin que nadie encuentre soluciones de prevención ante ello. Reconozco que los peruanos de la costa creemos que con hacer una campaña contra el friaje, enviándoles ropa usada o colchas solucionamos su problema. Sin saber que ustedes necesitan algo mas allá que simplemente compasión. Y es en efecto dignidad y reconocimiento cultural lo que en realidad buscan.

Les digo, que al igual que Mariátegui, al analizar  el problema del indio. Encontró  respuestas, a su sufrir:  El menosprecio del blanco sobre el cobrizo de nuestras pieles  o  nuestra cultura, el arrebatamiento de lo nuestro o la explotación de nuestros hombres.  Todo ello ocurrió pese a que hombres como Bartolomé de las Casas elogiaron la forma adecuada en que vivian y el equilibrio trino del que gozaban. Llego pues el europeo  (reemplazado ahora por el seudo criollo) y malogro aquel equilibrio andino en que Vivian.

Sin embargo hermanos, les vuelvo a preguntar: ¿si es necesario todo esto? Acaso no es cierto que muchas de los levantamientos que inician son en realidad levantamientos impulsados por algunos pocos. Que solo buscan intereses particulares sobre los suyos. Acaso el problema de las minas ¿no es realmente en gran parte, la defensa de aquellos que se han hecho ricos a costa de la explotación informal de sus recursos? Acaso no son ellos, quienes se hacen millonarios a causa de sus pulmones y trabajo. No son acaso ellos quienes no quieren la instauración de un orden, pues temen perder todas las potestades de abuso y explotación que tienen sobre ustedes. 

No es cierto acaso: ¿que en el ande hay muchos hombres que viven de su trabajo? Hombres que sostienen a sus familias a base de su propio esfuerzo y del trabajo digno. Mientras aquellos  que dicen representarlo (no todos, pero si la gran mayoría) viven de la explotación de los suyos. Que reciben grandes cantidades de dinero de las empresas privadas, por lograr que detengan los paros, a los que ellos los llevan cual reses al camal. 

Son en verdad muchas veces valederos los hechos por los que luchan. Como proteger la pacha que tanto les ha dado. Pero ¿no es tan bien cierto? Que muchas veces dejan sus campos por verdades falsas que los incendiarios, podridos y congelados, de los que hablaba Basadre, los obligan a empezar.

Les pido hermanos: Que, antes de decidir levantarse contra su propia tierra y contra su propio país. Consideren primero el bienestar de su pueblo y familias. Recuerden que son dueños de maravillas naturales y obras monumentales jamás construidas en otras partes del mundo.  Recuerden que alguna vez fueron un gran imperio, no por sus guerras sino por su orden y equilibrio. Pero ¿qué desarrollo se puede conseguir bloqueando las carreteras? Que, ustedes mismos usan para sus actividades de comercio. ¿Que se consigue  destruyendo lo que se consiguió con su propio esfuerzo? Es justo acaso ¿que después de cada paro, tengan que volver a empezar lo que habían avanzado? Mientras el incendiario, se sigue haciendo rico a sus costas.

Es cierto, hermanos: Que, el estado está contaminado bacteriológicamente, por el virus  putrefacto de la corrupción. Y que nuestros congresistas solo buscan su bien personal sobre el bien común. Pero ¿no es cierto que somos nosotros quienes llevamos al congreso a personas con denuncias por explotación informal de minas y personas? Que destruyen diez veces más que la explotación formal.  

No a la privatización decimos. Se apodera de nuestras riquezas y se lo lleva todo. Pero acaso no es cierto que muchas veces el sector privado protege mejor nuestros recursos naturales. Recuerden que nuestro lago Titicaca está contaminado y que cada vez queda menos de él. Acaso no es por la explotación desmedida que hacemos de sus recursos. No es cierto que nuestros ríos se contaminan por el uso de químicos, que usan los explotadores informales, que en busca de oro no piensan en nuestras aguas. ¿Cuánto dinero de esa explotación se llevan ustedes? Venden el oro por precios irrisorios cuando aquellos se llenan de plata con sus pulmones. ¿Qué escuelas u hospitales se construye con aquel dinero?

La democracia es hermanos el principio de todo orden. Les pido entendamos que existen vías y formas de mostrar nuestros pensamientos. Sé que su lucha es histórica. Pero se también, que entre ustedes hay muchos que no quieren destruir su ciudad, día con día bajo cualquier pretexto.

No me queda más hermanos que desearles encuentren la justicia social que tanto buscan. Pero recuerden que no estan solos. Que los peruanos, aquellos que conformamos esta nación, comprendemos y entendemos su situación. Sin embargo queda mucho por hacer. Pues muchos, aún insisten, en ignorar su realidad y las frustraciones que el estado ha deparado con ustedes.

Espero puedan conseguir sus objetivos, pero siempre bajo la luz del dialogo. Sobreponiendo  siempre el bienestar común sobre el personal.

Un Abrazo desde Tacna, tierra de aimaras y quechuas. Mi mejor deseo y compromiso en su  búsqueda de justicia social. Deseo encuentren la forma de encontrar ser escuchados  en paz y no en guerra. 






P.D. las imágenes fueron extraídas de internet. Los derechos pertenecen a sus autores.