Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


martes, 30 de noviembre de 2010

historia de la Princesita reina

Historia de la Princesita Reina


Le sorprendió la mañana, sin que  pudiera siquiera percatarse. Aún no había tenido tiempo siquiera de extender sus alas y ya un pequeño descuido no se lo permitiría. Aquel tiempo había pasado y ya el cielo había cambiado de color, por lo menos eso creía.

Mientras tanto, aquel torrente sanguíneo comenzaba a formarse para unirse por siempre a ella. 

La vida llego a ella, antes que esta comenzara. Antes de que pudiera gritar por primera vez al mundo, que su tiempo había llegado. Que su reinado comenzaría a imperar las decisiones del cielo y la tierra. Y sin más razones que las que aún no entendía perfectamente, tuvo que enfrentar el abrazante sol. Aún con la vista cegada  y sin comprender quizás, como ya sus decisiones, serian menos suyas que las de nadie.

Inclina  su cabeza por un segundo,  mientras su mente termina de luchar contra lo incomprensible y entrelaza lo poco que entiende. Sus ilusiones se reservan por mientras  y no sabe  si podrá aun disfrutar lo que otros esperan de la juventud o si simplemente se salto aquello.

Pese a ello, su sonrisa aun no se borra de su tierno rostro y entiende que a pesar de todo lo que pase, deberá conservarla como la mayor fortaleza. Para los momentos difíciles y como el mejor consuelo para cualquier asomo de tristeza.

La princesa ha comenzado a notar como poco a poco lo plano de su vientre va dando paso a esa pequeña circunferencia que notara día con día (…) crecer.

Aun no entiende exactamente qué es lo que va creciendo en su pequeño vientre. Aunque no hace más que pensar, que dentro de él, se encuentra todo el amor que necesita.

Ella siente como el mundo la mira y murmura a sus espaldas. Como si les importara. Como si pudieran corregir o cambiar algo con sus hirientes palabras. Creen que se equivoco, sienten lastima por lo que está pasando. Piensan que pudo ser diferente, que debió evitarse.

¡Pero que saben ellos! Por mientras, solo guardara aquellos susurros, esperando el momento en que pueda demostrarle al mundo que se habían equivocado. Pero cuidara de tenerlos lo suficientemente lejos, de manera tal que no dañen el reino que viene formando bajo sus tiernos ojos.

Los días y los meses van pasando, mientras la joven  princesa  va descubriendo un mundo en su interior. Un mundo que le dice que pronto cederá el título de princesa por el de reina madre.

Sabe que no  volverá a estar sola. Que, vendrán épocas difíciles pero que todo habrá valido la pena. Que habrá luchas que tomar y sonrisas inmensas que recoger. Que el vacio  no será nunca más el gris de  la vida y que siempre será la reina de un pequeño gigante envuelto en un pedacito de amor.

Aquella princesita, sabe que el tiempo esperado está cada vez más cerca y comprende que tiempos bellos pero difíciles vendrán. Que no será fácil, pero que ha guardado caricias para su amor y que algún día las preguntas comenzaran a llegar.

 Le dirá que a pesar de lo que el mundo le diga, nunca nadie podrá negarle que ella solo tuvo amor para él. Que aunque escuche de errores o pecados deberá cerrar sus oídos al mundo y entender que se tienen a los dos y que eso bastara. Le pedirá que no juzgue aquello, que un día la vida le explicara.

El día llego para la princesa reina y en esos precisos instantes comprende que muy pronto todo incertidumbre terminara. Que ha llegado el día en que ella sorprenderá a la vida y que esta vez sus alas se extenderán mas allá de lo inimaginable. Después de todo dejo de ser una princesa y es ahora una reina.
 
Reina mía, hoy me hare de ti y tu de mi. Le dice el pequeño serafín que acaba de llegar a su vida. Mientras tanto ella cierra los ojos y agradece a la vida esta nueva y mejor oportunidad.

Mientras  el mundo se rinde ante la belleza de aquel amor y da por terminados los días del susurro y ceden paso a los días del pequeño príncipe.


Dedicado a todas las princesas reinas del mundo.
¡Felicitaciones!



NOTA: LAS IMÁGENES FUERON EXTRAÍDAS DE INTERNET, SUS DERECHOS PERTENECEN A SUS AUTORES.

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