Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


lunes, 24 de octubre de 2011

Hubiera...

A llegado la hora de enfrentar tus temores -se repetía en silencio-. Después de todo el tiempo a pasado rapida y largamente -suspira mientras termina aquella frase-. Sin saberlo, los días corren dejando atrás espacios aterradores, circulantes a sus días. ¡El tiempo pasa rápido muchacho!- le dijo el 2
viejo-
"En efecto", contesto. Sin embargo entenderás que no importa que tan rápido pase sino cuanto aprendes del mismo.

¿Quiere saber entonces la verdad mi querido amigo? En efecto, contesto aquel hombre, mientras acomodaba su barba para escuchar al  muchacho que tenia en frente, movió los ojos y le hizo saber que estaba esperando la respuesta ofrecida. Su respuesta desencajo el  rostro del muchacho, al entender que una vez mas debía contestar la pregunta que tantas veces a solas se repitio.

¡Dime entonces!, le repitió aquel hombre, que ya acomodado esperaba la respuesta. "Sabe señor, quisiera que las cosas hubieran sido distintas". ¡Hubieran!, sonrío. El hubiera no existe mi querido amigo. 

"A eso me refiero" le contesto el joven, algo exaltado. Dígame entonces ¿por qué no es posible el hubiera? ¿por qué no puedo cambiar mi destino? ¿por qué no se  puede volver atrás y volver a empezar? ¿por qué nada de esto puede ser simplemente una tonta historia, que no hace mas que aguardar la verdadera felicidad? No lo se - le dice-. ¡Dímelo  tu!, le increpa. ¿por qué quieres que las cosas sean distintas?

- ¿La verdad? ni siquiera yo mismo lo sé. Solo creo que todo hubiera sido distinto. -El viejo cambia su posición- se vuelve a tomar el rostro, deja la comodidad de su asiento y poniéndose frente a el le dice: ¡Nuevamente, el hubiera!. Ni siquiera me puedes explicar lo que te pasa y vuelves nuevamente "al hubiera". Dime entonces ¿porque estas aquí tan lejos de casa? 

¡se lo dije ya! ¡no lo se! 

Dime entonces ¿que es aquel hubiera del que tanto hablas?.

El joven exhala un suspiro-guardado por mucho - y comienza a lanzar frases sueltas y sin sentido. Porque si el hubiera existiera, esta tierras no serian lejanas para mí. Porque si el hubiera existiera yo seria completo hoy. Porque si el hubiera pudiera ser realidad yo estaría tomando de la cintura a la mujer que tanto amo. Porque si hubiera fuera posible: "estos años de vació" hubieran sido llenos de alegrías,  de locuras y sobre todo de vida.

Entiendo entonces- le dice el viejo- mientras toma su cintura en un gesto de cansancio y vuelve  a retomar la comodidad antes abandonada. Debo entender entonces ¿que nada de eso pasa ahora en tu vida? Me dices ¡que no eres feliz! 

¡Tampoco lo se!  contesta. Acaso me es posible saber si soy o no soy feliz. Cuando el mundo me repite una y otra vez que debería serlo. 

Tienes razón, le contesta.  Mientras lo invita a tomar asiento, creo que esto tomara su tiempo y en verdad yo tengo mucho de aquello, después de todo cuando se es viejo no hay mucho mas que hacer que conversar. 

El joven asiente a la invitación, toma asiento y observa un aire de nostalgia en el viejo. Entonces el viejo comienza. Me pareció raro encontrarte aquí tan lejos de todo. ¿Sabes como se llama este lugar? A lo que el joven responde positivamente. Es la iglesia de San Cristobal. En efecto, vengo aquí desde hace muchos años, quizás mas de los que imaginas. Hace mucho, cuando mis piernas eran tan fuertes como las tuyas venia caminando a diario, pero ahora como veraz,  solo me queda regresar en mi viejo auto. Y la verdad es que yo también vengo por el mismo motivo que tú, "El hubiera". 

Siempre me pregunto ¿que hubiera pasado si hubiera cumplido con mi promesa? ¿Si hubiera hecho de una de esas luces, la luz que tanto le prometí a aquella mujer? -de la que hoy, ya no se nada. Yo también hubiera deseado que las cosas fueran distintas. Sin embargo, hoy no solo regreso pensando, que hubiera pasado. Sino también regreso esperando volverla a encontrar. Cada noche me siento frente a la plaza y la busco, pensando que quizás un día ella regresara. Pero lamentablemente aún me vez aquí. 

Ahora, después de tantos años, solo logre entender que "el hubiera no existe". Que solo existe el presente y que el pasado no sera mas que siempre pasado. Tú aún estas a tiempo de dejar atrás el hubiera y vivir el presente, que tus aún jóvenes años te dejan. 

Seguramente me dirás que lo has intentando, que haz pedido una oportunidad mas a la vida. Que aún aguardas un presente diferente al que conoces. Déjame decirte entonces, que si es así, estas en el lugar incorrecto. Recoge tus recuerdos, toma en tus manos tus segundos y grita al cielo que aún la piensas. Busca tu felicidad y deja de pensar que ella volverá a ti. Quizás sea mejor que tu vuelvas a ella y veras que las cosas serán diferentes. 

La conversación se prolonga un poco mas. Joven y viejo se detienen a mirar el tiempo que pasa inconsciente. Se quedan en silencio y se preguntan ¿si las cosas serán distintas entonces? El joven prende un cigarrillo se pone de pie y agradece al viejo amigo los minutos regalados. La despedida ha llegado y no queda mucho por decir. Un gracias cierra la conversación entre ambos. Pero antes de que el joven se alejara lo suficiente como para que no lo oyera, el viejo repite un pequeño y antiguo verso:







Ay paloma blanca, ¿donde estarás?
tan lejos de tu nido.
Me pregunto ¿si aún me recordaras?
o es que quizás ya me dejaste en el olvido.

Mañana volverás a mí, me repito.
sin saber siquiera si aún existo,
tarde sera paloma seguro,
el día que entiendas que sin ti no vivo.