Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas
Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.
jueves, 15 de noviembre de 2012
Frases suelta, simplemente frases...
jueves, 14 de junio de 2012
El pacto se rompió y el pequeño colibrí andino.
Se presentó en
aquella noche fría, penetro el mundo que creía impenetrable. Encontró su reino
creado bajo el alejado recuerdo. Era sin
duda un mensajero ancestral, investido de una gran tarea y convertido en un
pequeño picaflor andino.Sus alas agotadas
denotaban un largo viaje por el tiempo. Su cabecita era de tres colores y su
cara roja como la arcilla de invierno. Su pequeño cuerpo, blanco con bordes
cobrizos, imprimía su insigne adultez. Aquel peculiar e imperceptible sonido
que lo acompañaba despertó la primera sospecha de aquella inesperada visita.
Se detuvo el
extraño y entrañable mensajero, observó a su alrededor y encontró todo aquello
que alguna vez creyó perdido. Reconoció que aquel a quien venía a buscar era el
destinatario de su mensaje. Dejó de observar todo a su alrededor y fijó sus
negros ojos ante él, y empezó a contarle entonces la razón de su presencia.
El gran
transformador “Pacha Kutiy Inqa Yupanki” me ha enviado, desea volver a hablar contigo.
Dice que ha llegado la hora de “romper el pacto” y de permitirte volver a su
imperio, en lo alto de las montañas. Sabe que tu mundo y el suyo han cambiado.
Que los ríos inundados por lágrimas lluviosas se han secado y que ya no hay
riesgo para ti en él. Romperá el viejo pacto y regresaras a los andes. Deberás
sin embargo dejar para siempre aquella forma animal a la que fuiste condenado,
aquel ser quedara por siempre encerrado
y tomaras esta vez la gracia de sus hijos amados.
Waxcha-“khuyax” [1]
(Amador de los pobres, misericordioso) será tu nuevo nombre entre los runas[2].
Mi dios Pacha Kutiy tiene un nuevo plan para ti: caminaras en su mundo,
compartirás el quichua, pero jamás deberás volver hacia atrás, pues corres el
peligro de chocar con tu alma y caer en mantsakay[3]. Tomaras tus dones y compartirás nuevamente tu
magia con el capulí, las rosas, los ríos, los Apus, y podrás moverte entre el mundo de los aya[4] .
Deberás partir
pronto, pues han pasado tres largos años desde aquel día. Pacha Kutiy te estará
esperando en su montaña más joven, “Huayna Picchu”. Largo y peligroso será el
camino, recorrerás sus tierras entre sus grandes murallas de piedra, oirás a lo
lejos al “rio gritón” y ensordecerás mientras te acerques, retaras los pasos de
viejos generales incas y a la muerte que tanto camino ha ganado a lo largo de
los años.
Caminaras entre
peligrosos gigantes de piedra verde que esconderán a tus ojos la majestuosidad
de su reino, hasta que logres superar los tres mundos que te llevarán a su fin
o al de los tuyos.
Descenderás primero hasta el Uku Pacha (mundo de abajo o
mundo de los muertos) y aprenderás de ellos el conocimiento guardado por siglos,
caminaras entre los hombres por la Kay Pacha (mundo del presente y de aquí) y
si lo logras, entonces encontraras por
fin el camino final, al cruzar “el puente hecho de pelo” y ahí te mostrara ante
tus ojos el Hanan Pacha (mundo de
arriba, celestial o supraterrenal) donde te estarán esperando los dioses
Viracocha, Inti, Mama Quilla, Pachacamac, Mama Cocha y aquellos que
alguna vez te llamaron entre el silencio que aguardo tu triste partida.
Aquel mensajero
había terminado su encomienda al narrar entre sombras y en forma de trinos aquel
tan inesperado nuevo pacto. Se disponía a partir el jilguero andino, sin detenerse
a mirar por última vez al que había sido ungido.
Aquel hombre guardo
silencio durante largos minutos, sus grandes ojos –empequeñecidos- reflejaban
el pedido de que no partiera aún. Su garganta parecía seca y sus labios
quedaron sellados intempestivamente.
Solo su frágil posición hacía sospechar que se encontraba realmente
meditando lo oído. Pedía en aquel silencio un tiempo, un momento para responder
el llamado y saber si en verdad quería
romper el pacto y abandonar para siempre el mundo que había creado lejos del
banquete de recuerdos muertos.
Espero mientras
ello y recordó en un antiguo trino aquellos años pasados. Revivió con su canto,
nostalgias muertas y pérdidas. Incrusto dolor ajeno entre sonrisas lejanas y
agridulces para el alma. El canto se asemejaba a un viejo huayno que narra
viejas guerras del alma que enfrentaron torturas, silencio y soledad. Miro al
que tenía al frente y en su rostro hayo dos sentimientos contrapuestos que
intrigaban cada vez más su esencia. Comprendió al mirar sus ojos que en uno
vivía una tristeza acumulada en el tiempo y en el otro se aferraba a una alegría
de saber que terminaría lo que había empezado.
Partió el colibrí sin
respuesta, pues el tiempo se había acabado. Sin embargo, en silencio repetía:
atrás de las montañas del Vilcabamba hay un gran secreto para ti, ve y
descúbrelo, ve y descúbrelo, descúbrelo, (…)
lunes, 9 de enero de 2012
¿Pregunto?
Me
pregunto ¿si resignaste tu amor? ¿Si perdiste la esperanza? ¿si aún le pides a
dios que vuelva? ¿Si aún rezas por mí? ¿si
te acordaras de aquellos viajes tan lindos que hicimos? ¿Si añoras aquellos
días? ¿ si aún disfrutas de mirar el mar? ¿Si buscas nuestra historia entre miles de canciones? ¿si tendrás las cosas que te regale? ¿si tendrás detalles de lo nuestro? ¿Si aun te duele la distancia? ¿si leerás esta
carta o si te interesara leerla? ¿Si sentirás algo cuando la recibas? ¿Si aún
quieres saber algo de mí?

