la procesión de la Bandera y la aun cautiva iglesia de San Ramón
“Desde que vi la luz mi pecho anida…dos amores mi patria y mi bandera (…) por mi patria el Perú yo doy la vida (…) por mi bandera el alma, el alma entera (…) yo quiero que mi patria bien querida (…) vuelva a ser en América lo que era (…) que su enseña blanca y encendida flote muy alto y sea la primera (…) Mi patria, Mi bandera, Desde niño fueron mi encanto, fueron mi cariño. (…) Ni la sangre que deja horribles huellas”
Al ritmo de aquella canción, debe iniciarse este recuento de nuestra bandera y sobre todo de nuestra procesión de la bandera (declarada ya patrimonio cultural del Perú). A pesar de que esta histórica procesión de la bandera, se conmemora o dígase mejor se revive cada 28 de agosto de manera seglar. Esta tuvo su origen el 28 de julio de 1901, a decir del gran poeta del Cautiverio “Federico Barreto”, fue esta quizás una de las emociones más hondas de su vida.
Fue en un principio, idea de la ya histórica Sociedad de Auxilios Mutuos “El porvenir”. Quien con deseo de bendecir en la iglesia parroquial un magnifico estandarte de seda, bordado con oro. Requiere al entonces intendente de Tacna General Vergara, permiso para tal acto. En principio este permiso fue negado hasta en dos oportunidades. Sin embargo nadie comprende ni explica aún que habría pasado por la cabeza de este, que en un acto inesperado concede el permiso, con la única condición de hacer responsable a la sociedad de cualquier acto de carácter patriótico.
Está bien, señor intendente-dijo uno de ellos, hablando por todos y conteniendo su indignación. No se oirá un solo grito en las calles durante la procesión de la bandera. Fue así que en las primeras horas de la mañana, más de 800 miembros de la sociedad “El Porvenir”, condujeron a la iglesia de San Ramón el estandarte que había de bendecirse.
El templo repleto recibió a más de diez mil tacneños quienes luego del Te deum esperaban solo el final del acto litúrgico para sacar en procesión la tan esperada bandera a bendecir. Termino con el Acto, el cura vicario Alejandro Manrique: exhortando desde el pulpito a mantener siempre latente en el alma, el amor a dios y a la patria; a soportar con entereza las amarguras del cautiverio y a confiar sin desmayo en las reparaciones justicieras del porvenir.
De esta manera empezó aquella histórica procesión ya conocida por todos nosotros y la heroica ciudad de Tacna retorno al seno de la Patria, quedando para siempre aquella multitudinaria procesión.
Sin embargo hay en Tacna aun una cautiva: “La iglesia de San Ramón”
De ella aun no tengo muchos datos históricos sobre su construcción. Pero lleva el nombre del patrono de las embarazadas y parturientas, cuya fiesta en su honor se celebra el 31 de agosto de cada año. Casualidades o no, creo que su nombre y celebración están muy ligadas a nuestra historia.
Aquella iglesia, que fuera en épocas del cautiverio, actriz principal de nuestra procesión de la bandera. Se encuentra hoy cautiva del abandono y del olvido. Razones que han llevado a una institución del estado como el Ministerio Público a querer derrumbarla y que pase a ser el terreno de la ampliación de su ya remodelado local.
Me duele pensar que sobre aquella iglesia solo se esté esperando o propiciando su derrumbe para dejar cautiva por siempre su invalorable historia. Dejando en el olvido de sus escombros, aquel acto tan insigne de bendición de nuestra bandera y además su importante servicio a la patria.
Sobre ella no solo se dio la defensa de la historia de Tacna a través de sus vicarios, sino que además fue lugar de descanso de nuestros soldados heridos en la defensa del 26 de mayo (entre ellos Florencio del mármol, argentino al que le debemos un articulo propio por su actuar en tan cruenta guerra). También se velaron en ella los restos de nuestros héroes caídos y fue quizás el primer lugar de refugio de nuestros soldados sobrevivientes a tan cruenta lid.
Así se encuentra desde hace muchos años la iglesia de San Ramón: Olvidada-Cautiva. Hoy los tacneños nos sentimos orgullosos de ser la ciudad jardín, de estar a puertas de inaugurar el primer by pass y muy pronto el primer hipermercado. Sin Pensar quizás, que en una callecita de Tacna se encuentra ella- esperando la memoria de sus hijos. Aquella casa de Dios, esta ahora abandonada al inclemente tiempo, resistiendo y añorando aun sobre sus cimientos- el retorno a Tacna- y oponiéndose al ferviente deseo de convertir su suelo tacneño en concreto de olvido.
http://jcuyav.blogspot.com
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