Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


martes, 23 de noviembre de 2010

La Felicidad del Dinero

La Felicidad del Dinero


¿Es en realidad el dinero, la felicidad de la vida? Será verdad ¿que el éxito, es sinónimo de dinero? ¿Qué, gracias a este las personas forman una mejor opinión de lo que eres? ¿Qué con dinero puedes conseguir todo lo que sueñas? y que gracias a él te conviertes en alguien diferente a los demás.

Me preguntaba (nuevamente) aquello. Por cuanto con frecuencia vengo escuchando en cada reunión de amigos (a la que asisto). Que quien más tiene, es mejor que quien menos tiene. Escucho atentamente, como la opinión de las personas hace pensar que el dinero es poder y que ese poder es el objetivo de la vida y noto como existe cierta envidia entre amigos por el poder adquisitivo de unos y otros.
La verdad es que durante mucho tiempo pensé que las respuestas a aquellas preguntas eran positivas. Que en efecto, el día que consiguiera dinero sería feliz. Que, con el podría comprar todo lo que quiero y que gracias a él mi vida y la de mi familia sería mucho mejor que la de ayer.

Sera quizás,  por ello, que decidí fervientemente dedicar toda mi energía y potencial para conseguirlo. Sacrificando muchas veces  el amor, relegando mis sueños de ser historiador   y dedicando los mejores años de mi vida en busca del dinero.

Hoy replanteo todos los días esa pregunta y me preocupa saber: ¿que hubiera sido de mí, si decidía ser historiador? Mientras tanto escucho que muchas estrellas de Hollywood se encuentran internadas en casas de rehabilitación, mientras tratan de recuperar sus vidas de las drogas. Que otras como la heredera de las cadenas Hilton, derrochan su dinero en alcohol y vicios vánales, demostrando pobreza en su espíritu. O   aún más cerca de nosotros veo como algunos congresistas (quizás los mejores pagados del país) tratan de conseguir más dinero del que tienen. Robando luz, cable, comiendo pollo, explotando a la gente en minas informales y una seria de eventos vergonzosos que se publicitan en nuestra televisión nacional.

Al reverse de ello leía la entrevista a uno de los hombres más ricos del mundo: diciendo que el secreto de la felicidad estaba en compartir lo que se tiene. Contando que viaja en vuelos comerciales en lugar de ir en uno de los tantos aviones de lujo del que es dueño, que vive en la primera casa que su dinero pudo comprar. Que conduce su propio carro sin chofer o cosa parecida y que solo va a sus empresas una vez al año para desearles éxitos a sus trabajadores.

Entonces me pregunto cómo dos personas que tienen la misma cantidad de dinero pueden ser tan distintas. Como unas invierten todo el dinero que tienen buscando felicidad en las drogas, el alcohol, el lujo y demás. Mientras otros, que tienen exactamente lo mismo, únicamente disfrutan de la simplicidad de la vida sin lujos ni muestras de exceso.

Entonces vuelvo a preguntarme si ¿verdaderamente el dinero es felicidad? y noto que existe tanta posibilidades de caer en el vacio de la vida teniendo o no dinero. Veo Cuantos hombres con dinero no pueden impedir que sus hijos se conviertan en parásitos de la  sociedad. Mientras les recriminan que lucharon cada día por darles todo lo que necesitaran.

O como los hijos matan a sus padres tan solo por apoderarse del dinero de este. Veo que tanto ricos como pobres matan y destruyen sus vidas por una misma ausencia: felicidad.

Entonces vuelvo a preguntarme ¿será cierto que la felicidad es el dinero? Y parece ser que no lo es. Pero entonces porque las personas seguimos creyendo que el objetivo de la vida es el dinero y que no importan los medios con tal de conseguirlo.

Me pregunto qué vale más: disfrutar de la compañía de los seres que quieres, sabiendo que te quieren por lo que eres y no por lo que tienes. Dormir sin preocuparte por seguir manteniendo lo que conseguiste o dormir sin importar que algo cambie. Amar sin importar si tienes o no tienes dinero, andar por la calle sin temor a que te roben o maten, decir y hacer lo que quieres sin temor al que dirán, comer en una rica carreta sin temor a desbaratar las reglas de etiqueta. Me pregunto qué vale más y estoy seguro que vale más lo segundo, ¿o no lo creen así?

Hace tiempo cree o acuñe una frase que era quizás el fundamento de mi lucha en busca del dinero: “con el dinero, no se compra todo en la vida. Pero sin él, simplemente no se compra nada”.
 Y para ser ciertos, aquella afirmación solía generar asentimiento en los demás. Me decían: es cierto, no te falta razón.
 Ahora, déjenme decirles que aquello es simplemente una falacia. Acaso el amor se compra, acaso uno compra a los amigos, o uno puede comprar el tiempo y volver hacia atrás, ir hacia adelante o detenerlo. Acaso la salud se puede comprar. No vemos a hombres ricos tratando de comprar sus vidas sin poder hacerlo a pesar de gastar todo lo que tienen en conseguirla. Acaso no es cierto que los tres fundamentos de la felicidad son: la salud, el dinero y el amor. Y entonces ¿porque el dinero no las puede comprar?


La felicidad como me dice una amiga: es un momento que la vida nos regala y que solo depende de nosotros hacerlos inolvidables. Como disfrutar, el sublime instante de un beso o el abrazo intenso de un buen amigo. Esa es la felicidad me escribía, sin dejarme de decir que también necesitaba dinero.
Porque es cierto, el dinero es necesario, pero no indispensable. El dinero si trae alegrías, pero cuando tenemos con quien compartirla, sabiendo que si un día desaparece. Desaparecerá tan solo el dinero y no la felicidad.

Así entonces les pido que revisen nuevamente el concepto del dinero y la felicidad y saquen sus propias conclusiones. Si vale la pena sacrificar las verdaderas cosas importantes por el dinero o si es mejor a veces sacrificar el dinero por la verdadera felicidad.

Finalmente dejare atrás aquella frase acuñada y defendere esta a partir de ahora:

“La felicidad es todo aquello que el dinero no pueda comprar. La felicidad es todo aquello que no tiene precio pero si valor.” 
Juan Carlos Cuya Velarde.

3 comentarios:

  1. Cuando aumentan los bienes tambien aumentan los que lo consumen, El ser humano , eternamente insatisfecho, padece cuando no tiene nada y tambien padece cuando tiene demasiado, no quiere conservar sus bienes para disfrutarlos sino mantenerlos para acrecentarlos.
    Si al guien es demasiado amado, se siente atosigado, si nadie lo ama, se siente desgraciado.
    Cuando esta con una persona añora otra presencia y cuando esta en alguna parte quisiera estar en otra.
    y asi es la vida un frenesi.

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  2. Es triste saber que a puertas del 2011 aún existan en nuestro Perú profesionales que no tengan claro los conceptos del dinero, el presente comentario me parece completamente anacronico totalitario y poco original.

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  3. creo que el comentario de jcisco no iba por el lado de contradecir lo dicho. sino, que por el contrario tenia la intención de fortalecer lo señalado. Sin embargo es importante resaltar lo dicho por el lector.

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