Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


domingo, 17 de abril de 2011

Deja la vida Volar (...)



Deja la vida volar


Hoy, fui un día extraño para mí (…) me pareció que el amor estaba  ahí y en cada rostro me parecía verte de nuevo. Sentía que estabas entre la gente, escondida, mirándome. Y yo hacia todo lo posible por encontrarte. Te busque por todos lados, pues mi corazón me decía que estabas hoy más que nunca a mi lado.

De seguro, serán los fantasmas del recuerdo. Quienes hoy se reunieron para decirme una vez más: tonto amigo (…) pensaste que habíamos partido, pero ya vez (…) seguimos aquí. Aún es posible que vuelvas a volar (…) aunque se te haya escapado el amor, alguna vez. Me dicen una y otra vez: Que es hora de volver a amar y entiendo que no existe ninguna excusa para aquello. Me dicen que debo de intentar. Que, es posible encontrar el amor si dedicamos un poco de paciencia y hacemos que la costumbre tome el lugar que le corresponde. 

Me piden que corte mis alas y deje de soñar con aquella historia del vuelo de Dédalo. Que termino con la triste muerte de  Icaro.  Pero estoy seguro que no volare muy alto como para que el sol derrita mis alas ni muy bajo como para que las tempestades me hieran.

Es por ello que no quiero intentar por intentar. Que no forzare a mi corazón, ni escogeré por  lo que él, antes no escogió. No quiero aprender a conocer sus virtudes y a soportar sus defectos. Porque, sea el mejor remedio para olvidar. No quiero acostarme temprano y partir por la mañana con la única sensación de que hoy será un día más. Y que como todo, en la segura y estable vida del que se acostumbra, tendrá sus cosas buenas y malas.
No quiero sobrevivir (…) ¡quiero vivir! No quiero caminar (…) ¡sino volar! No quiero acostumbrarme (…) quiero romper rutinas. Quiero acostarme viéndola a los ojos, tomarla en mis brazos y decirle: Que solo espero que sea de mañana para saber que aún sigue a mi lado.

Regocija mi mente, aquella trova llamada: “sobreviviendo”. (…) Que hace tiempo no reía y eso que antes reía como un jilguero (…) y hoy que puedo reírme, apenas si puedo(…) Aquello debe ser, seguramente, la sensación que provoca la sin razón de la sin esperanza, de volver a encontrar el amor.

No quiero, intentarlo por intentarlo. No quiero, acostumbrarme a los besos de quien no es la mitad de mi vida; que tanto falta.  No quiero pasar mis días al lado de la rutina, ni quiero decir te amo entre dientes o a viva voz; con el profundo silencio del corazón.

No pueden obligarme a amar o a intentarlo. Solo pueden pedirme que persevere. Que siga luchando contra esta soledad. Que guarde lo mejor de mí para aquel momento. Quiero que me digan que pronto llegara el momento. Que tenga paciencia. No quiero que no me crean loco por buscar lo que ellos creen, no existe. ¡Yo! ¡ solo quiero volar!

Veo sombras a cada instante, es cierto. Pero aquellas  sombras son las que me hacen pensar que no debo rendirme. Son aquellas las que me dicen: que el amor de mi vida está en algún lugar del mundo, esperando por mí seguramente; aunque quizás no sepa que yo también espero por ella. Cosas de la vida, quizás ella está esperando y yo también.  Entonces deberá llegar el momento en que me ponga de pie y le haga saber que ha llegado la hora de partir a volar.

Y otra vez la gran Mercedes Sosa regocija mi alma y me dice: (...) que si no creyera en la locura de la garganta del sinsonte (…) sino creyera que en el monte se esconde el trino y la pavura (…) sino creyera en la balanza, en la razón del equilibrio (…) sino creyera en el delirio, sino creyera en la esperanza (…) sino creyera en lo que agencio, sino creyera en el sonido, sino creyera en mi silencio (…) que cosa fuera la maza sin cantera (…)

Así que seguramente con lo dicho en aquella bella trova, no habrá necesidad de explicar mucho lo que busco y lo que espero. Tan solo quiero volar por el mundo, tomado de la mano del amor y hacerle conocer a los dioses que acaba de nacer otra vez aquel ser que sin ser inmortal es capaz de vencer hasta la misma muerte.

“Porque aquel que dejo de soñar con volar, es porque quizás solo replegó sus alas.





P.D. LAS IMÁGENES FUERON EXTRAÍDAS DE INTERNET. LOS DERECHOS, PERTENECEN A SUS AUTORES.




4 comentarios:

  1. bueno e interesante , seguid adelante con ese talento

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  2. "Mira al pasado con mirada complciente. Contémplalo todo sin hostilidad. Lo que sucedió en la primavera de tu infancia,(...) aquel fracaso, aquella decisión injusta, aquella crisis, aquel hecho que nunca quisieras recordar, aquella personas que influyeron negativamente, aquella equivocación...¡Todo está consumado!
    Acéptalo todo agradecido. Asume tu historia, con las manos emocionadas, para depositarlas en los brazos queridos del Padre, como una ofrenda oblativa de amor (...) de Ignacio Larrañaga

    vb

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  3. Que bello y que sublime... Un fuerte abrazo!

    Lorena M. H.

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  4. gracias lorena por tu alento. Te contare q ys empece a volar...saludos

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