Por: Juan Carlos Cuya Velarde

Por: Juan Carlos Cuya Velarde
muchas historias entretejidas...olvidadas...perdidas

Tras el silencioso recorrido del capullina...se van tejiendo y contando historias en secreto pecado.

Por: Juan Carlos Cuya Velarde


domingo, 10 de enero de 2010

Mitologia Inca, historia del hipocuche

Historia del hipocuche


Erase una vez, hace muchos siglos, en los tiempos en que el dios Wiracocha gobernaba el mundo de los Apus y miraba siempre por debajo a los dioses inti y pachamama. Que apareció en el olimpo de los andes, un ser extraño que puso en peligro los tiempos del  inca.

Se dice pues que de una tierra de Collas y Takanos aparecio un ser extraño al que los hombres llamaron "hipocuche".

El hipocuche era un ser salvaje, mitad hipopotamo y mitad cuche. Se alimentaba de parihuelas, mariscos y coleopteros (pequeños insectos de cuerpo redondo y patas pequeñas). Se cuenta que acostumbraba vivir solo, nunca en compañía y que    aquella soledad era la razón de su fortaleza.

 Cuenta la historia que este hipocuche tenia la virtud de convertir las piedras en oro, de ir de aca a allá, sin que nadie lo mirase. De soñar mas alto que las estrellas, de renacer de las cenizas y de vivir apartado del dolor de los humanos.

Sin embargo, un día se corrió el rumor, entre el silencio de las heladas llegadas de los andes.  Que aquel ser salvaje, se encontraba triste y como nunca había pasado también doliente. Se dice que a causa de ello: las tierras ya no producian, ni las aguas caian del cielo y los cosechas se acaban tan pronto se producían.

Wiracocha, el dios maximo de los incas, estaba molesto por tal hecho. Pues el pueblo de los quechuas  comenzó a adorar mas al dios Inti y la pachamama. Con la esperanza de encontrar nuevamente lluvias y cosechas prosperas.

Molesto entonces Wiracocha mando a preguntar si alguien sabia que habia causado la tristeza de aquel hipocuche y ordeno que se preguntara en todo el pueblo, si alguien sabia mas de aquel ser. Un viejo    arriero  entonces confeso a los demás: que el Hipocuche estaba triste por culpa de una princesa inca.

 Narro que en medio del silencio que solo se  encuentran entre los caminos incas, había tenido la oportunidad de  escuchar el lamente de aquel ser. Se dice que el hipocuche lloraba amargamente la perdida de su mas  valioso tesoro: su pequeño corazón. El mismo que entrego en un acto de inconsciencia a una bella princesa que en las alturas de San Cristobal había allado.

Decía la historia, que el hipocuche renuncio a todos sus poderes por el amor de aquella princesa. Pero un día, aquella  princesa  que mágicamente había encerrado  su corazón, le dijo: Hipocuche, tu haz venido de tierras lejanas y poco o nada puedes hacer en mi reino. Mis dioses no te aceptaran jamas y mi pueblo me necesita. Debes partir para siempre y volver al lugar de donde viniste. olvidando todo cuanto vivimos y no volviendo a repetir mi nombre mas que en las profundidades del mundo.

Y de esa manera aquel ser mitad hipopotamo y mitad cuche, comenzo a vagar por el imperio sin saber donde y como se encontraba la princesa. Contaba el viejo anciano que la princesa habia desaparecido para siempre. Que, los Apus en cuidado de ella, la habian escondido entre sus raices y que las aves (pequeños colibrís) iban recogiendo cada pertenencia de ella, hasta lograr que el hipocuche se fuera por siempre de las entrañas de los andes.

Enterado Wiracocha de lo sucedido y de los poderes que aquel ser tenia, mando buscarlo y le dijo: Mis tierras son frondozas y ricas, mi pueblo es bueno y piadoso, pideme lo que quieras y te lo concederé. Pero antes, debes prometerme que dejaras tu tristeza y dejaras que mi pueblo siga viviendo en armonio conmigo y con los demas dioses.

El hipocuche contesto al  dios wiracocha. Yo no he venido a causar daño ni a ti ni a tu pueblo, solo vine buscando la felicidad de mi vida. Tus cerros han escondido a mi princesa y las creencias de tu pueblo la han alejado para siempre de mi.

Sin embargo, quiero que sepas que todo lo que pasa hoy, no es culpa de mi tristeza, sino de la tristeza de la princesa. Yo estuve buscandolo por todo los andes sin resultado, solo dos colibris frente al cerro viejo me han hecho saber que ella esta muy lejos en los reinos de pachacutec y que jamas volvera.

Asi Wiracocha e hipocuche llegaron a un acuerdo, tu te marcharas para siempre de los andes, tendras derecho a volver, pero ya no como un hipocuche sino que te dare la posibilidad de convertirte en hombre, perderas tus poderes, pero sin embargo te dare el derecho al olvido.

Olvidaras y nunca mas estaras triste, a cambio solo te pido que partas de inmediato y que vuelvas solo cuando ella te mande llamar. Asi el hipocuche partio de nuevo a sus tierras, dejando los andes y a su princesa entre ellos. Desde aquel dia, en el cusco, ya no se volvio a saber mas de aquel ser mitad hipopotamo y mitad cuche. Asi desaparecieron con él, las parihuelas, mariscos y coleopteros.

Cuenta la historia que cada año el hipocuche regresa a los andes, pero ahora convertido en hombre y solo los colibris son capaz de reconocerlo. Se dice que aquel hombre que antes fue hipocuche, regresa con la esperanza de encontrar nuevamente a su princesa. Aunque el olvido ofrecido por wiracocha lo obliga a retomar el camino de vuelta año tras año sin esperanza.

del libro de la mitologia inca.

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